Este artículo se publicó hace 13 años.
Las prebendas del peregrino
Los asistentes a la Jornada Mundial de la Juventud tendrán alojamiento, transporte y alimento por un precio simbólico
Apenas restan diez días para que decenas de miles de jóvenes católicos se congreguen en Madrid, del 16 al 21 de agosto, para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), un macrofestival de la fe católica que dará comienzo una semana antes con la "acogida" de chicos y chicas de todo el mundo.
Como aperitivo a la "fiesta de la fe", como el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha calificado la JMJ, en ciudades como Sevilla, Barcelona o Valencia se han organizado numerosos eventos, muchos de los cuales contarán con la participación de distintas autoridades, que recibirán a los peregrinos, cederán espacios públicos y aportarán todo lo relativo a la seguridad y los servicios sanitarios y de limpieza.
El coste de la JMJ oscilará entre los 55 y 62 millones de euros
La organización del evento ha calculado un presupuesto de entre 55 y 62 millones de euros para las jornadas, sin contar la aportación, que consideran "en especie", de las arcas públicas, que algunas fuentes han cifrado en más de 30 millones de euros y sin contar con el coste que supondrá la presencia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. En concreto, se ocuparán de la seguridad más de 10.000 efectivos, incluyendo 6.150 policías nacionales y guardias civiles y 4.000 policías municipales de Madrid.
También se verán implicados otros empleados públicos, como conductores de EMT y Metro o conserjes de colegios, institutos y gimnasios, a lo que hay que sumar la participación voluntaria de 600 soldados que desfilarán ante el papa, según el arzobispo castrense Juan del Río.
Desde la JMJ se asegura que más del 70% de los gastos serán financiados por los propios jóvenes, mediante sus inscripciones hasta la fecha, se han alcanzado las 420.000, del más del millón y medio que se espera que llenen Madrid en agosto, según las estimaciones más optimistas, mientras que el resto será sufragado por las empresas que forman parte de la Fundación Madrid Vivo y que se beneficiarán de exenciones fiscales que pueden alcanzar hasta el 90% de lo invertido.
Los peregrinos tendrán todo tipo de facilidades durante la "fiesta de la fe"
Transporte y museosLo cierto es que la cuota de inscripción apenas 175 euros, que varían si el joven permanece en Madrid toda la semana o sólo el fin de semana da derecho a los jóvenes católicos a un completo kit del peregrino, en el que se ofrecen vales de descuento para comidas, acceso a los museos de la capital y transporte gratuito. Y no sólo en Madrid: en Sevilla, los miles de jóvenes que acudan a pasar los "días en las diócesis" una semana antes, también podrán disfrutar de transporte gratuito, mientras que en Valencia podrán visitar, también sin coste alguno, más de tres decenas de museos. Rutas por Toledo o Segovia, celebraciones públicas en Barcelona y otras actividades son sólo algunas de las "prebendas" de los peregrinos. Y es que la visita del papa es mucho más que una fiesta religiosa.
Ya en la capital, la organización de la Jornada Mundial de la Juventud dará alojamiento a unos 300.000 jóvenes en 5.000 centros públicos, pabellones deportivos, parroquias, colegios mayores y familias de acogida a lo largo de la semana que dura la cita con Benedicto XVI.
Más de 10.000 agentes se ocuparán de la seguridad del evento
Entre semana, además, se repartirán más de seis millones de comidas para los peregrinos, que recibirán un talonario de tickets al llegar a los centros de acogida. Ello es posible gracias a un acuerdo entre el Arzobispado y Fehr-carem, grupo empresarial del que forman parte, entre otros, Rodilla, Autogrill, Le Pain Quotidien, Cafestore, Mc Donald's, el Grupo Restalia [100 Montaditos] o Telepizza. Fehrcarem ha llegado además a un acuerdo con la Asociación La Viña, que reúne a centenares de bares. Se creará así una red de locales para dar de comer a los peregrinos.
Quejas de hostelerosNo obstante, algunos empresarios han mostrado su malestar por lo que ven como intrusismo en la libertad empresarial. "No vamos a poder competir con sus precios, y mucho menos si los jóvenes vienen con sus tickets. Nos vamos a tener que limitar a vender bebidas", dicen algunos.
El hospedaje gratuito en colegios públicos tampoco beneficiará a los hoteleros. Eso sí, según la organización, los obispos y cardenales, que residirán en hoteles, pagarán su propia estancia y manutención. Para tratar de abonar el viaje de los más desfavorecidos, la organización ha previsto una web de compra de objetos conmemorativos y de "apadrinamiento" de seminaristas y fieles de países desfavorecidos, así como un acuerdo con varias compañías telefónicas de envío de mensajes sms.
A pesar de las críticas por el elevado coste público de la visita papal, la Conferencia Episcopal Española insiste en que la inversión será rentabilizada. De hecho, el propio Rouco cifró en cien millones de euros los potenciales beneficios que la jornada produciría. Pese a los reproches, el cardenal Antonio Cañizares señaló ayer en Santander que el problema principal de Europa no es la crisis económica sino "el olvido de Dios, vivir como si no existiera. Un problema que puede llevar a Europa a la vía de la autodestrucción".
El portavoz de la Comunidad Evangélica en España, Jorge Fernández, denunció ayer que la visita es un acto confesional que no debiera ser costeado "con los impuestos de muchos ciudadanos que no son de confesión católica".
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