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El PSC intenta salvar Barcelona con el revulsivo de Tura

Arrecia el debate interno tras los primeros sondeos

J. RAMÓN GONZÁLEZ CABEZAS

Tras el descalabro electoral que ha apeado a la izquierda del poder en Catalunya, el futuro de los socialistas catalanes a corto y medio plazo se dirime ahora en el perímetro de Barcelona, inesperado escenario de las primarias por la candidatura a la alcaldía. Un total de 12.000 militantes y simpatizantes del partido zanjarán el próximo día 19 en las urnas la insólita pugna entre el alcalde saliente, Jordi Hereu, y la ex consellera de Interior y Justícia, Montserrat Tura.

De nuevo en la oposición en la Generalitat después de siete años de atropellado liderazgo en coalición con ecosocialistas (ICV) e independentistas (ERC), el PSC ha entrado en una fase de ebullición cuyo desenlace cristalizará en las municipales de mayo y determinará su rumbo a partir del congreso de otoño. El órdago lanzado por Tura, de 55 años, ha reabierto en un momento crítico la pugna interna entre el sector más catalanista del partido y la mayoría aglutinada hasta ahora en torno a José Montilla, que además de renunciar a su escaño también cederá el mando del PSC.

El alcalde Hereu desoyó la presión y aceptó el envite de las primarias

Jordi Hereu (46), designado en su día por el partido para deshacerse de Joan Clos y revalidado como alcalde con notable apoyo popular en las municipales de 2007, ha desoído las presiones y mensajes del aparato del partido incluido el de Montilla y ha aceptado el envite pese a su pérdida de popularidad. 'Sé que soy un desastre mediático, pero yo entiendo la política como un servicio', confiesa en privado tras admitir en público haber pecado de 'exceso de modestia'.

Casi todo en el PSC va a remolque de los acontecimientos. El inesperado fichaje del socialista Ferran Mascarell por Artur Mas ha sido el detonador de la irrupción de Tura en la batalla de Barcelona, cuya alcaldía pretendía de forma más o menos explícita el fugitivo conseller de Cultura de Pasqual Maragall y gran icono del lobby catalanista del PSC.

El PSC ha entrado en una fase de ebullición tras la debacle electoral

El suceso ha sacudido la escena preelectoral barcelonesa, donde desde hace meses se daba por sentenciada la victoria del veterano convergente Xavier Trias. Respetado por su talante y su trayectoria profesional y política como médico y artífice del modelo sanitario de Catalunya en su etapa de conseller de Jordi Pujol, Trias ha fallado ya en dos ensayos municipales pero aún aspira a convertirse al fin, a sus 64 años, en el primer regidor nacionalista de Barcelona. Para ello cuenta con la onda expansiva del triunfo de CiU en las últimas autonómicas, la fuerte erosión de la izquierda en sus 32 años de poder en la capital y el desplome del voto socialista certificado en las urnas.

La severa derrota del Tripartito el 28 de noviembre ha exacerbado la amenaza de la pérdida de Barcelona, gran bastión del poder local del PSC (y también símbolo para el PSOE). La estampida de Mascarell distanciado del liderazgo y de la política de Montilla y seducido por el mensaje transversal de Mas ha dejado el campo libre a las ambiciones de Tura, vista como una rebelde de personalidad propia en el seno de la familia catalanista del partido. Su proximidad a Maragall es tan manifiesta como su lejanía respecto a la mayoría agrupada en torno a Montilla, a quien ya amagó con retar en unas primarias por la jefatura del PSC. De momento, niega que pretenda la alcaldía como trampolín hacia el mando del partido.

La ex consellera reabre la pugna del sector catalanista y la mayoría oficial

Según el primer sondeo publicado por La Vanguardia, pocos días después de su entrada en liza, Tura acorta la distancia con Trias en 20 puntos, hasta quedar en un virtual empate, en el caso de imponerse a Hereu. Un tirón fulminante apenas abierta la contienda que parece marcar una tendencia inexorable, pese al apoyo a Hereu de la federación barcelonesa del PSC, controlada por el ex teniente de alcalde Carles Martí, cesado a raíz del fiasco del referéndum sobre la reforma de la emblemática avenida Diagonal.

Hasta en el entorno del alcalde cuya preparación, gestión y conocimiento del terreno nadie discute se acepta su pérdida de apoyo electoral. 'Si hay que competir en una carrera para intentar ganarla, lo lógico es tomar el mejor vehículo de la escudería', dijo con realismo un miembro de la ejecutiva nada afecto a Tura.

Hereu, identificado con el ideario socialdemócrata de Josep Pallach y Willy Brandt y el humanismo de Jacques Maritain y Emmanuel Mounier, ha ejercido la alcaldía con el bagaje de su formación en ESADE y su recorrido como edil en algunos de los distritos más populares de la ciudad. Pinchó con la consulta sobre la reforma de la Diagonal, pero deja un legado de solvencia con una deuda por habitante de 464 euros, más de cuatro veces inferior a la de los madrileños (2.091). Tura no vive en Barcelona, sino en Mollet del Vallès, donde fue alcaldesa (1987-2003). Licenciada en Medicina, gestionó el despliegue de los Mossos en su etapa como consellera de Interior (2003-2006), en la que hizo gala de autoridad y firmeza como una ‘dama de hierro'. Con Montilla pasó a Justicia. 

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