El PSOE celebró como una victoria 'por goleada' el duelo televisivo entre Rubalcaba y Rajoy al haber logrado su candidato 'barrer' en el bloque que parecía más difícil, el relativo a la crisis. Fue en ese arranque en el que hizo lo que parecía más complicado: que el debate se centrara en el examen a los recortes que haría un Gobierno del PP en vez de en la gestión de los socialistas.

No obstante, como advertía en el intermedio uno de los varios cientos de militantes que siguieron el debate en la sede del partido, 'a quien hay que convencer es a los que tienen que votar'. A este respecto el juicio también era positivo, aunque no tan contundente, sobre todo porque la insistencia del candidato socialista en exigir aclaraciones a su antagonista le situó en ocasiones, a juicio de algunos, más en el papel de oposición que en el de Gobierno.

Rubalcaba acudió al cara a cara con el convencimiento de que este tipo de debate nunca se gana ni se pierde en términos absolutos. De modo que el objetivo con el que lo preparó fue 'aprovechar los 90 minutos de prime time' en televisión para colocar sus mensajes y llegar a quienes quieren llegar. Pero también para demostrar que Rajoy no propone nada y lo que pretende hacer lo oculta o lo calla. 'Cero propuestas, cero respuestas y muchas incertidumbres', fue el retrato que quedó de Rajoy, según los socialistas.

Rubalcaba logró, según su equipo, demostrar que hay 'dos salidas a la crisis', y que sólo la que él encarna garantiza el mantenimiento del Estado del bienestar. Buscó con tesón y dominio del medio, a base de preguntas e interrupciones, descolocar a su rival. Y lo consiguió, según sus asesores, al recordar que el programa del PP prevé crear una entidad financiera que acapare los activos tóxicos, lo que Rubalcaba tradujo como la pretensión de que los ciudadanos paguen los excesos de los especuladores. Lo 'desenmascaró' también, según su equipo, cuando 'lo dejó sin palabras' al alertar de que el programa del PP prevé 'revisar las pensiones cada dos años'.

Los socialistas creen que quedó claro que sólo ellos garantizan el bienestar 

La tensión previa y la trascendencia que otorgaba al cara a cara se puso de manifiesto en una anécdota muy relevante en alguien que nunca se separa de su teléfono móvil. Dicen quienes le acompañan casi desde siempre que 'por primera vez' le vieron separarse de esa extensión de su ser y que le pasó el móvil a uno de sus asesores para que le filtrara al máximo las llamadas.

Rubalcaba había pensado ultimar los preparativos en su casa. Mientras desayunaba, concluyó que sería 'más práctico' hacerlo en la sede del PSOE, adonde llegó a las 8.30 horas, la hora a la que suele incorporarse a su despacho. El almuerzo lo aprovechó para reunirse con Elena Valenciano, la directora de su campaña, y con Ignacio Varela, experto en estrategias electorales. Del equipo que asesoró a Zapatero en 2008, sólo han repetido experiencia, además de Varela, José Enrique Serrano, director del Gabinete de Presidencia del Gobierno, y Carlos Hernández, director de Comunicación del PSOE.

Al final, en el salón de actos Ferraz, donde se congregó un centenar de militantes, se oyó una ovación.