Este artículo se publicó hace 16 años.
El pueblo del millón de cerebros
De Rouco Varela al fundador del PP, la localidad lucense de Vilalba ha dado notables de todos los colores
El señor de la foto, ése de la botella etiquetada con un retrato de Manuel Fraga y la leyenda La gran reserva de España, también se jura admirador de Rouco Varela. "De niño, estar con él era extraordinario para los demás niños, era inteligentísimo". Esto es Vilalba, provincia de Lugo. Aviso para navegantes: ésta no es la historia de esta especie de cuna de prebostes conservadores, aunque tampoco deja de serlo, porque el aporte que este pueblo hizo por ciudadano cuadrado al código genético de la derecha no debe ser menospeciado.
Pero ésa es otra historia, una de los retratos posibles de esta otra España, un municipio de 15.000 habitantes al que la modernidad le ha pillado en el medio del camino. La poeta local Pilar Maseda me mira y me dice: "Aquí, mucha gente joven se va. Yo me lo planteé muchas veces, pero estoy muy contenta de haberme quedado". El sociólogo vilalbés Bernardo García Cendán asegura que las dificultades que Vilalba atraviesa son como las de tantos otros pueblos: se refiere a la "baja natalidad" y a que "muchos tuvieron que emigrar". Le digo a Pilar que aproveche que hay prensa para pedirle algo al próximo presidente de España, sea quien sea, y no duda ni un minuto: "Desarrollo, porque si no esto no va a mejorar".
Además de ser poeta, Pilar Maseda es hostelera. Es como una tradición en Vilalba, eso de compaginar la hostelería con algún oficio próximo a la lírica. El abuelo de Ramón Paz, o sea, el abuelo del tipo que posa en la foto con la botella de Fraga en las manos, montó inicialmente un negocio de venta de ataúdes que además incluía un bar: lo espiritual y los espirituosos se reunían en un mismo lugar llamado Casa dos Marios y que hoy es el ultramarinos que atiende Ramón.
La Casa dos Marios está a unos cuantos portales de la casa natal de Fraga. Dice Ramón Paz: "Vino por aquí varias veces [Fraga]. Él y yo tenemos la misma manera de ver la vida". Pilar Maseda recuerda que, cuando ella era una niña y Fraga era un crack entre la tropa que Franco administraba, un profesor les decía: "Tenéis que estar muy orgullosos de Manolo Fraga, porque en la cabeza no es que tenga un libro, tiene una enciclopedia". De lo que se olvidaba el tal profesor es de que en Vilalba están acostumbrados a la gente notable: de aquí salieron ilustres nombres de la cultura gallega. Hubo un tiempo en el que todos los que mandaban un poco en Compostela -en la Xunta, la Universidad y la Iglesia- eran de Vilalba. Y de aquí salió también Ramón Chao, el periodista, el padre de Manu Chao. La lista de ilustres vilalbeses es enorme.
Asegura el filósofo Antón Baamonde que tal profusión de celebridades en un municipio tan pequeño puede estar relacionada con el hecho de que fuese "un pueblo de tránsito, situado en una encrucijada con Ferrol, Mondoñedo, Lugo y A Coruña y la circunstancia de ser un pueblo de comerciantes".
Para el sociólogo García Cendán, entre los factores que pudieron incidir en todo esto estuvo el hecho de que, por razones geográficas, mucha gente se pasó por el seminario, única opción de estudio para muchos durante la dictadura. Lo que unos y otros reivindican,eso sí, es que el pueblo que vio nacer a Manuel Fraga y a Rouco Varela no es la capital mundial del conservadurismo.
"Aquí la gente puede ser conservadora, pero no tan de derechas", afirma la poeta Pilar Maseda. El PP tiene a bien ganar las elecciones una y otra vez, pero no es algo diferente de lo que sucede en todo el rural gallego. Y además, la izquierda suma cada vez más votos en una Vilalba en la que la principal profesión es, cada vez más, la de pensionista.
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