La quinta oleada de consultas soberanistas en municipios catalanes se saldó con un sonoro fracaso. El referendo se celebró en Tarragona y en otros cinco municipios Rubí y Olesa de Bonesvalls (Barcelona), Gósol (Lleida) y La Bisbal del Penedès y Villalonga del Camp (Tarragona) y tuvo una participación del 6,5%, la más baja hasta ahora. Este porcentaje queda muy lejos del 20% de participación que hasta ahora se había promediado en las cuatro oleadas precedentes. Ayer votaron sólo 13.500 de las 209.463 personas que podían hacerlo.

Fue en la capital tarraconense donde menos seguimiento tuvo esta jornada, ya que sólo el 5% de sus ciudadanos acudió a las urnas a responder la pregunta elegida: '¿Está de acuerdo en que Catalunya se convierta en un Estado de derecho, independiente, democrático y social, integrado en la Unión Europea?'.

En el resto de localidades, Gósol tuvo un 37,83% de participación; Villalonga del Camp, un 16,35%; la Bisbal del Penedès, un 13%; Olesa de Bonesvalls, un 9,84%; y Rubí se quedó en el 8,5%.

Los organizadores no ocultaron su decepción ante estos resultados y lo achacaron a la escasa difusión que ha tenido la celebración de estos referendos por la proximidad de la fecha de las elecciones, que ha propiciado que la atención política recaiga sobre la precampaña. Además, lamentaron el 'poco apoyo' que han recibido por parte de las instituciones.

Sí lo hizo el vicepresidente de la Generalitat, Josep-Lluís Carod-Rovira, que acudió a votar a la consulta en Tarragona y celebró que estos referendos 'van extendiendo' entre la sociedad una clara 'conciencia de que el futuro de Catalunya sólo tienen derecho a decidirlo los catalanes, nadie más'.

El presidente de ERC, Joan Puigcercós, apoyó también la jornada y señaló que representa el cierre de un ciclo 'antes de iniciar el asalto de Barcelona'. La capital catalana acogerá la consulta independentista el 10 de abril del próximo año.