Otra ración de "setas revueltas"

Las protestas mantienen la mecha encendida en Andalucía, cuyas capitales de provincia y principales ciudades medias volvieron a vivir concentraciones. "Y así vamos a seguir. El peor error sería dejarlo el lunes. Ahí sí que dejarían de tomarnos en serio", afirma Lola Fernández, 44 años. Ayer fue el segundo día que Lola acudió a las Setas de la Encarnación, en Sevilla, ya emblemáticas de la protesta. Varios miles de personas se concentraron allí a las 20.00 horas. Apenas había presencia policial uniformada. Tres agentes supervisaban la concentración desde un cercano soportal. Ni entraron a disolver, ni tampoco facilitaron las cosas. El tráfico no se cortó. El resultado es que los coches y hasta los autobuses urbanos pasaban entre la muchedumbre concentrada al pie de las Setas. El gentío se abría sin protestar para dejar paso y volvía a arremolinarse luego.

La jornada de ayer en la Encarnación volvió a ser concurrida y tranquila. La expresión "setas revueltas" ha hecho fortuna. Es un enjambre organizado y jovial, donde se combinan las protestas y los actos lúdicos. Las normas de civismo y la norma tácita de no llevar banderas ni símbolos partidistas se cumplen a rajatabla.

En Granada había unas 2.000 personas en la Plaza del Ayuntamiento a las 20.00 horas, informa Amina Nasser. Aprobaron en asamblea puntos contra las pensiones vitalicias de los políticos, por las listas abiertas, contra la ordenanza local que multa a prostitutas, contra la SGAE...

En Málaga, unas 400 personas se dieron cita en la Plaza de la Constitución, informa Álvaro López Millán. En primera línea de debate, una anciana en silla de ruedas con un cartel en el que estaba escrito: "Con 95 años y aquí estoy".