Mariano Rajoy, quiere 'poner en su sitio' al presidente venezolano Hugo Chávez. El líder del PP considera que las supuestas vinculaciones del gobierno chavista con ETA que establece el auto del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco son muy 'graves', y ha emplazado al Gobierno a llamar a consultas al embajador venezolano.

La tensión entre España y Venezuela ha subido varios grados en las últimas horas. Chávez irrumpió ayer en escena afirmando que no debe explicaciones 'ni a Zapatero ni a nadie', y aseguró que el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos le llamo para asegurarle que 'el Gobierno no tenía nada que ver'. Rajoy ha considerado que sus palabras 'se comentan solas' y que el presidente venezolano 'no tiene pase'.

Cree que Rodríguez Zapatero debe exigir explicaciones a su homólogo venezolano. Y no sólo eso, también 'ponerle en su sitio', ha dicho sin especificar en que consistiría esa represalia. 

El líder conservador cree que el gobierno de Chávez y el de Castro 'son las amistades peligrosas de Zapatero'. 'Se lo advertí al presidente del Gobierno, te pueden pasar estas cosas con esas amistades', ha sentenciado Rajoy.

Ante las palabras de Chávez, ha informado de que pedirá la comparecencia de Moratinos para que dé explicaciones porque a quien cree Rajoy es 'al juez'.

El presidente del PP se ha referido a la ronda de encuentros de la comisión anticrisis y considera que, aplicando sus medidas, la economía no sólo puede volver a crecer, sino que los países extranjeros volverían 'a hablar del milagro español'.

Ayer el portavoz del PP en la comisión, Cristobal Montoro, descartó alcanzar un 'acuerdo global' en la troika anticrisis. Sin embargo, Rajoy reconoce que en el grueso del documento presentado por el Gabinete socialista hay puntos coincidentes. 'Con algunas medidas estamos de acuerdo y las votaremos a favor, porque además son propuestas nuestras'.

Ha vuelto a insistir en la idea de que el problema para alcanzar un pacto estriba en 'lo que no está planteado'. Vuelve a pedir medidas en reducción del gasto y requiere que no se suban los impuestos. También exige una  reforma laboral y un nuevo contrato.

Rajoy ha sostenido que no es muy aficionado a los toros, 'más de bicicleta y de futbol', pero que no los prohibiría porque 'son una fiesta nacional' y él es 'partidario de la libertad, no de las prohibiciones'. Asegura que a nadie se le obliga a ir a las plazas de toros, y que, por tanto, no las suprimiría.

Así se ha referido al debate sostenido ayer sobre la prohibición de las corridas de toros en el Parlament de Catalunya. 'Cómo es una fiesta nacional, algunos quieren prohibir todo lo que sea así', ha sentenciado Rajoy.