Este artículo se publicó hace 15 años.
El Rajoy más taurino pide "respeto a la cultura y la tradición española"
"Es la fiesta nacional y forma parte de nuestra libertad", subraya Javier Arenas
Mariano Rajoy se ha puesto este sábado en el centro de la plaza, ha sacado pecho y ha enseñado el capote dispuesto a lidiar el astado que le pusieran delante. El líder de los conservadores ha aprovechado un almuerzo en Málaga para exigir respeto para "la historia, la cultura, la tradición española y las libertades de todos los españoles", en referencia al debate abierto en Catalunya sobre la posibilidad de prohibir la fiesta de los toros.
Para el presidente del PP proviene de personas que generan "problemas donde no los hay". "Que se preocupen de los problemas reales de los ciudadanos", ha abundado.
Junto a Rajoy ha participado en el acto el presidente del PP-A, Javier Arenas, que ha hecho hincapié en que "los toros merecen ser defendidos". "Así lo dice el Estatuto de Autonomía de Andalucía y, además, forman parte de nuestra tradición y de nuestra cultura", ha subrayado.
Pregonero de la feria taurinaArenas, que ha sido pregonero de la feria taurina de Málaga, manifestó que "es la fiesta nacional y forma parte de nuestra libertad", por lo que "si hay alguno que ataca a los toros por ser la fiesta nacional, nosotros los defendemos, entre otras cosas, porque es la fiesta nacional". "Somos andaluces y profundamente españoles", apostilló.
Precisamente, el dirigente del Partido Popular andaluz anunció ayer que su grupo presentará en los próximos días en el Parlamento de Andalucía una Proposición No de Ley para defender las corridas de toros.
Habrá debateEn el Parlamento catalán, en votación secreta, 59 diputados se pronunciaron ayer a favor, 67 en contra y hubo cinco abstenciones sobre sendas enmiendas de PSC, PP y C's, de manera que la Iniciativa Legislativa Popular (ILP), que plantea prohibir la fiesta, se seguirá tramitando.
Esta decisión permitirá discutir la modificación de un artículo de la Ley de Protección de los Animales, que data de 2003, el cual, aunque prohíbe la tortura de los mismos, hace una excepción con los toros.
La Generalitat catalana prohíbe, por tanto, el uso de animales en "peleas y espectáculos" si pueden ocasionarles sufrimiento o ser objeto de "burlas o tratamientos antinaturales".
No obstante, se excluyen expresamente de la prohibición las fiestas de toros en ciudades con plazas ya construidas -sin dejar acceder a menores de 14 años- y los tradicionales 'correbous', si no se daña a los animales.
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