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Rajoy no se compromete a acabar con los recortes de Zapatero

Evita decir si revocará la congelación de las pensiones, la rebaja del sueldo de los funcionarios o si suprimirá el Impuesto de Patrimonio. 'Todo depende de cómo esté la situación de la economía&q

MARÍA JESÚS GÜEMES

A Mariano Rajoy se le llena la boca prometiendo rebajas de impuestos y criticando las medidas económicas que ha aplicado el Gobierno socialista, pero ahora no descarta mantenerlas vivas si llega al Gobierno.

'Los recortes sociales de Zapatero son los mayores de la historia de la democracia', se ha hartado de repetir en todas sus intervenciones y mítines el líder del PP. Si quisiera, podría corregir esa situación. De hecho, si gana el 20-N, está en sus manos. Entonces tendría la oportunidad de decidir si prorroga los Presupuestos Generales del Estado (PGE) o si los modifica mediante decreto ley.

Este lunes, en rueda de prensa en la sede nacional del PP, se le preguntó directamente si tenía intención de revocar la congelación de las pensiones y la rebaja del sueldo de los funcionarios. También si su intención era la de suprimir o mantener el gravamen de Patrimonio. 'Todo depende de cómo esté la situación de la economía en esos momentos', respondió refiriéndose a finales de año.

Su actuación, por tanto, queda condicionada y en suspenso. 'Nosotros tendremos que ver cuáles son las previsiones de crecimiento cuando tengamos que tomar esta decisión dentro de tres meses', dijo dando por segura su victoria. Recordó que el Ejecutivo socialista las sitúa por encima del 2% cuando los organismos internacionales no se muestran tan optimistas. 'Lo razonable, lo sensato y lo lógico es que, sabiendo como se sabe que no es posible aprobar unos presupuestos antes del 31 de diciembre, para clarificar al menos cómo tienen que hacer sus cuentas las comunidades autónomas y las corporaciones locales, el Gobierno debería haber hecho el decreto', defendió el jefe de la oposición.

El PP lleva días apremiando al Ejecutivo para que lo haga y les deje el tema resuelto. Pero, el viernes pasado, José Blanco puso fin a la polémica. El ministro de Fomento y portavoz del Gobierno señaló que lo que pedían los dirigentes conservadores era 'ilegal' y les recordó que, si no se hacía nada, estos continuaban automáticamente.

Elude explicar cómo cumplirá el objetivo del 4,4% de déficit para 2012

'El Gobierno que salga de las urnas gestionará la política económica de 2012 y, por lo tanto, será quien decida cómo deben adaptarse los Presupuestos del 2011 al 2012', indicó Blanco, lanzando la pelota al tejado de la derecha y tratando de obligar, con ello, a que Rajoy se comprometa en alguna dirección.

El líder del PP sigue evitando tomar decisiones contundentes. Tampoco explica cómo piensa cumplir el objetivo del 4,4% de déficit para 2012. Para ello tendrá que meter la tijera y realizar recortes, pero prefirió no adelantar sus planes.

Dijo que ni siquiera ha decidido aún el nombre de su ministro de Economía. Todo el mundo cree que lo tiene en la cabeza pero que no quiere trasladarlo. Al igual que el de la persona que le acompañará como número dos en las listas por el Congreso. En el partido hablan de la portavoz en la Cámara Baja, Soraya Sáenz de Santamaría. La vicesecretaria de Organización y directora de campaña, Ana Mato, se autodescartó manteniendo que a ella le daba igual el lugar en la candidatura y que lo importante era formar parte del equipo.

Aún desconoce el nombre del ministro de Economía y el de su número dos

Tras la declaración institucional de Zapatero, Rajoy quiso hacer la suya propia. El presidente conservador aseguró que su Gobierno será 'creíble, previsible y solvente' para superar cuanto antes 'el pasado' y cumplir 'la ardua tarea' de acabar con la crisis.

Rajoy confesó que la misión será complicada y pidió el esfuerzo de todos. Se sobrentendía que habrá que realizar importantes sacrificios. 'El reto que tenemos por delante no es fácil y nadie tiene una varita mágica que resuelva las cosas en un breve periodo de tiempo', reconoció al tiempo que destacaba que se encontraba 'ilusionado y dispuesto' para hacerle frente.

Aseguró que para salir adelante no hacen falta sólo otras políticas sino también 'otras actitudes'. Hizo un llamamiento 'a recuperar la concordia'. Y explicó que pensaba hacer una campaña de propuestas: 'Yo no haré demagogia ni prometeré nada que no pueda cumplir, y tampoco voy a entrar en disputas estériles que hoy no sirven para nada'.

'No haré demagogia ni prometeré nada que no pueda'

El jefe de la oposición respondió sólo a cuatro preguntas de los periodistas. En un principio ni pensaba hacerlo. Pero se vio obligado a ello cuando el presidente del Gobierno accedió a que se las hicieran.

Además de salir al paso al tema económico y de las listas, se vio obligado a hablar sobre el anuncio de los presos de ETA de adherirse a la vía política. Lo probable, según auguran todas las encuestas, es que sea a él a quien le toque gestionar el final de la banda terrorista. Sin embargo, no parece tener muchas intenciones de hablar con la izquierda abertzale. El líder del PP insistió en que lo único que tiene importancia es que la banda terrorista anuncie su disolución. 'Y Dios quiera que sea pronto', comentó. Eso sí, a su juicio, en el comunicado no veía 'un cambio sustancial'.

Tras las elecciones del 22 de mayo, Rajoy dio permiso a todos sus dirigentes para que pactaran con todas las formaciones políticas excepto con Bildu. Por eso muchos se preguntan ahora si cuando tenga ocasión ilegalizará esta formación. El presidente del PP avanzó que su partido piensa estar 'muy atento a sus comportamientos' y que recurrirá a la ley si lo ve necesario.

También habló de toros. 'No me gusta gobernar a base de prohibiciones. Creo en la libertad', argumentó. Rajoy mostró su disconformidad con el veto de los toros en Catalunya. Además, contó que iba a esperar la decisión del Constitucional y que había solicitado un informe jurídico para conocer si hay vías legales para dar marcha atrás.

La comparecencia informativa de Rajoy fue seguida por los medios y algunos dirigentes del Comité de Dirección del PP. Pero no se dejó que otros cargos del partido accedieran a la sala. Poco antes de que comenzara el acto, todo el partido recibió un sms en el que se solicitaba al personal de la casa que no bajara a seguir a Rajoy desde la sala de prensa y pedía que lo hicieran desde sus despachos o a través de la web del PP 'para evitar una situación de incomodidad'. La medida incomodó a todos los gabinetes.

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