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Rajoy pasa de puntillas y dice no tener "una opinión fundada"

Trata de endosar la polémica por el almacén nuclear al Gobierno de Zapatero

ALBERT MARTÍN VIDAL

Mariano Rajoy en estado puro. Tras el rifirrafe protagonizado por María Dolores de Cospedal, por un lado, y Javier Arenas y Esperanza Aguirre, por otro, a cuenta del cementerio nuclear, el presidente del PP miró ayer hacia otro lado y pasó de puntillas por la controversia.

Rajoy visitó Barcelona y tuvo que abordar en una entrevista a Catalunya Ràdio la polémica que sacudió a su formación en las últimas horas. Se le preguntó si daba su apoyo a la ubicación de la infraestructura en Yebra (Guadalajara), y la respuesta no pudo ser más metafísica. El líder popular explicó que no tiene 'una opinión fundada' y añadió que son los técnicos quienes deben opinar. El líder de los conservadores concluyó : 'Lo que sí es evidente es que a algún sitio tiene que ir'.

En la misma entrevista, Rajoy se esforzó en recordar que la decisión final sobre la ubicación del almacén nuclear depende del ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, Miguel Sebastián, y trató llevar la patata caliente al Gobierno de Rodríguez Zapatero. 'El ministro ha dicho que hay que hacer un cementerio nuclear, Barreda [presidente socialista de la comunidad], que en Castilla-La Mancha no debe haber cementerio nuclear, y el alcalde de Yebra [también del PP], que le parece bien', manifestó.

Más específico se mostró respecto al debate sobre el modelo de Estado, que en la última encuesta pública realizada en Catalunya aparecía como el quinto problema de los catalanes tras haberse disparado en el último año a causa de la tardanza de la sentencia sobre el Estatut. Rajoy abogó por más Estado de las autonomías y afirmó que tiene que 'cerrarse' porque 'ya está hecho' y lamentó el 'exceso de leyes y de decretos' entre las diversas Comunidades Autónomas.

Ya a placer, en el acto de clausura de la Escuela de Invierno del PP en el auditorio de la Pedrera, Rajoy abrazó el optimismo y aseguró que 'aquí soplan aires de cambio como soplan en toda España'.

El presidente conservador señaló al concejal Alberto Fernández como 'protagonista principal' de un cambio de gobierno en el Ayuntamiento de Barcelona y extendió sus pronósticos a Catalunya, para asegurar que el PP quiere 'protagonizarlo'. Al término de su intervención, se oyó un tímido grito de '¡Presidente!' que nadie secundó y se apagó enseguida.

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