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Rajoy resume su programa en cuatro negaciones

Zapatero le reta a que concrete su alternativa y el líder del PP responde recitando las medidas que no adoptaría

MIGUEL ÁNGEL MARFULL

Rodríguez Zapatero devolvió ayer la sonrisa perdida a la bancada socialista y sirvió a sus diputados de válvula de escape para liberar varias semanas consecutivas en las que han pedaleado cuesta arriba con las ruedas cuadradas del tijeretazo y la reforma laboral. Tenían ganas de aplaudir, y el jefe del Ejecutivo quiso regalarles un motivo y se lo agradecieron puestos en pie.

'Hay que mojarse y tomar decisiones, pero usted no se quiere mojar porque cree que irá navegando por encima de la ola. Y le digo que no, porque la gente le conoce y le tiene calado', clavó Zapatero a Mariano Rajoy para cerrar un largo cara a cara que comenzó con el tono mate con el que encara el Congreso cada debate sobre la UE y concluyó devolviendo brillo a los escaños del PSOE.

El duelo europeo entre Zapatero y Rajoy tenía caldeado el hemiciclo. El líder del PP había dibujado un 'prestigio' de España mermado en el semestre español. Rajoy insistió en su tesis de las obligaciones 'impuestas' por terceros actores desde el exterior, y reprochó al jefe del Ejecutivo una falta de autonomía que 'le ha pasado bastante en su trayectoria'.

Fue la primera escaramuza de una batalla que habría de desencadenarse después. Rodríguez Zapatero ensayó argumentos 'Usted, ni sabe, ni contesta' que Rajoy devolvió afilados 'No tiene autoridad moral'.

El desenlace habría de esperar a la sesión de control al Gobierno, convertida en versión corregida y aumentada del debate. 'Usted, ni afirma ni se contradice, porque nunca afirma nada; no tiene ninguna propuesta', arrancó el jefe del Ejecutivo. 'Su discurso se reduce a no mojarse en nada y a vaguedades', insistió Zapatero, jaleado por su grupo en la misma proporción que se alborotaban las filas del PP.

'Solamente puede ser acusado de contradicción quien toma decisiones y expresa convicciones. Quien no dice nada, no las tiene', coronó el presidente, repitiendo argumentos ensayados y buscando acallar a un Rajoy que acababa de describirle como alguien 'acostumbrado a decir una cosa y la contraria'. El líder del PP se sirvió de la congelación de las pensiones, el recorte de salarios públicos y la subida del IVA para denunciar los 'vaivenes y constantes cambios de criterio y opinión' que el grupo conservador achaca al Gobierno.

'Sólo le queda el topicazo', se defendió Rajoy cuando el jefe del Ejecutivo resumió su genotipo político insistiendo en cuatro palabras ya probadas: 'Usted nunca dice nada'. Para demostrarle lo contrario, el líder del PP enunció los cinco mandamientos de su alternativa: 'No congele las pensiones, no suba el IVA, regule la reforma laboral, no baje el sueldo de los funcionarios y no suba los impuestos'.

La réplica era sencilla: 'No ha hecho más que confirmar lo que he afirmado', respondió Zapatero acolchado en la imprecisión de un Rajoy que regaló al PSOE la ocasión de poner ganas y fuerza en unos aplausos acostumbrados últimamente a sonar, casi siempre, de oficio.

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