Este artículo se publicó hace 12 años.
La respuesta social contra los recortes vuelve a las calles
Miles de personas exigen en 58 ciudades una salida "por la izquierda" a la crisis económica. Los líderes de CCOO y UGT aseguran que continuarán las protestas
La contestación social contra los recortes llevados a cabo por el Gobierno de Mariano Rajoy y contra una reforma laboral que abarata el despido y dinamita las relaciones laborales otorgando más poder al empleador y menos al empleado, volvió a recorrer este miércoles las calles de 58 ciudades españolas. Por sexta vez desde que el Ejecutivo conservador emprendió su programa de reformas y aprobó una reordenación del sistema de trabajo que sigue sin relajar las altas cotas de desempleo, los sindicatos CCOO y UGT hicieron un llamamiento a la ciudadanía para expresara sin ambajes su oposición a un Gobierno que, dicen, tiene como "única obsesión" contener el déficit y "acabar con los derechos laborales, sociales y democráticos".
Frente a la receta de la austeridad en la que el Gobierno confía para atajar la actual situación, las centrales apuestan por el "crecimiento" y la "inversión pública" como las medicinas que sí pueden contribuir al saneamiento de la maltrecha economía española. En un manifiesto conjunto, CCOO y UGT recuerdan la invitación que, en varias ocasiones han presentado al Ejecutivo, para la creación de un acuerdo "por la reactivación económica, el empleo y la cohesión social".
En Madrid, fueron "más de 35.0000 personas", según los convocantes, las que se manifestaron entre la plaza de Cibeles y la Puerta del Sol y exigieron una salida a la crisis económica "por la izquierda" y que no deteriore la "calidad de vida" de los trabajadores. En Barcelona, la marcha contra la reforma laboral y los recortes reunió a 1.000 personas, según la policía, y 5.000, según los sindicatos, informa Efe. Aunque con menos público que en otras convocatorias, también hubo manifestaciones en localidades como Bilbao, Zaragoza o Sevilla.
Al término de la manifestación de Madrid, los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, advirtieron al Gobierno de que van a seguir con las movilizaciones contra la reforma laboral y los recortes sociales hasta que consigan una rectificación profunda de su política económica y social.
Antes de que comenzara la marcha en la capital, Mercedes Lázaro, de 58 años, aguardaba junto a unas compañeras de trabajo en un banco próximo a la plaza de Cibeles. Todas trabajan en la cocina del hospital Clínico de Madrid. Son personal laboral, pero tienen contratos temporales con muchas posibilidades de no ser renovados. "Nos han bajado el sueldo una media de entre 60 y 80 euros al mes y nos han aumentado la jornada laboral hasta las 37 horas y media semanales. El siguiente paso será privatizar el servicio. Cuando llegue una subcontrata, y parece que va a hacerlo pronto, iremos al paro", lamentó Mercedes que, a su edad, considera que encontrar otro empleo es poco menos que una "utopía". A su lado, Lucía Canfranc, también pinche en la cocina del Clínico, dijo temer que a la vuelta de su baja por maternidad -espera su primera hija para agosto- se encuentre con que ha perdido su trabajo. "El derecho al pataleo es lo único que nos queda", afirmó esta última mientras se disponía a ponerse en pie para unirse a la manifestación.
"El derecho al pataleo es lo único que nos queda", dice una manifestante A las camisetas verdes que han simbolizado la lucha de docentes, padres y alumnos en defensa de la enseñanza pública, o a las blancas con las que el personal sanitario protesta contra los recortes en su sector, se unieron este miércoles las prendas amarillas con las que los funcionarios judiciales rechazan los tijeretazos que los conservadores han metido en sus derechos laborales. "Tenemos trabajo, sí, pero sueldo, poco", aseveró Catuxa Torres, que trabaja como tramitante en los juzgados de lo Social de Madrid. Junto a otros compañeros de profesión, esta joven asistió a la manifestación para protestar contra el recorte de alrededor de 50 euros mensuales al que ha sometido a estos funcionarios la Comunidad de Madrid, una bajada que se suma al 5% que aplicó el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero a todos los trabajadores públicos en mayo de 2010.
En la concentración de Madrid, menos numerosa que en otras ocasiones, se vieron menos caras jóvenes de lo habitual, a pesar de que el desempleo juvenil en España supera el 50%. No faltaron viejos sindicalistas como Josefa Pérez-Grueso, de 75 años, que milita en CCOO desde que la organización daba sus primeros pasos en la clandestinidad. "La situación es grave, muy grave, yo estoy especialmente preocupada por la juventud. Por la precariedad y la falta de oportunidades con la que tienen que enfrentarse a la vida", aseguró. A pesar de lo "negro" que asegura ver el futuro, Josefa cree que la única solución pasa por "seguir unidos en la protesta". "Siempre que el movimiento obrero ha tenido algo que decir, yo he estado en la calle. Este es nuestro Parlamento", aseguró a pocos metros de la Puerta del Sol, donde la manifestación acabó por disolverse en torno a las nueve y media de la noche.
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