La mayoría del Senado propinó ayer al Gobierno un duro golpe político al rechazar los Presupuestos Generales del Estado para 2008.
El revés se convertirá en varapalo con efectos prácticos graves si el PSOE no consigue arañar apoyos suficientes para levantar el veto el próximo día 20 en el Pleno del Congreso, el último de la legislatura.

Necesitará mayoría absoluta, es decir, 176 escaños y de las dificultades que tiene el PSOE da idea el hecho de que en el Congreso logró en primera lectura 177 votos, uno de ellos de un diputado del PP que se equivocó y otros dos de los dos tránsfugas de la Cámara.

Si el PSOE no logra esa mayoría absoluta, serán rechazados los Presupuestos y se prorrogarán los del año pasado, algo que ya hizo Pedro Solbes como vicepresidente en el último año de Felipe González, en vísperas de la primera victoria electoral del PP.

Acuerdos incumplidos

En todo caso, los Presupuestos ya no pueden ser modificados y, por tanto, el Ejecutivo no puede incluir algunas enmiendas pactadas con los nacionalistas a cambio de su apoyo. O sea, carece de margen de maniobra para cumplir compromisos. Perder cualquier votación supone un revés político a cualquier Gobierno y más si es sobre los Presupuestos, a tres meses de las elecciones y si impide, como en este caso, que se cumplan acuerdos pactados previamente con partidos nacionalistas como el PNV y el BNG a cambio de otras votaciones.

Si el veto se consuma el día 20 en el Congreso la situación sería desastrosa porque dificulta la entrada en vigor de decisiones prioritarias del Gobierno como la Ley de Dependencia o el incremento de la inversión en zonas electoralmente estratégicas como Cataluña.

El Gobierno intenta sumar a IU a los votos del Congreso, so pretexto de que en caso contrario no entrarían en vigor acuerdos alcanzados con esta formación como la dotación para establecer una red de guarderías. Sobre todo el Gobierno trabaja contrarreloj para evitar la imagen de Presupuestos del Estado aprobados por primera vez gracias a dos tránsfugas, lo que bordea los difusos límites del pacto antitransfuguismo suscrito por todos los partidos.

Haciendo de la necesidad virtud, el Gobierno asegura que con el veto consigue no tener que buscar mayorías y acuerdos para pactar cada una de las enmiendas, pero no puede evitar la imagen de debilidad política en el recta final de la legislatura. En 2004 ya hubo un veto similar, pero entonces el PSOE pudo levantarlo en el Congreso sin problemas, porque mantenía sólidos acuerdos con ERC e Izquierda Unida y porque todavía tenía margen de maniobra para negociar.

El veto aprobado ayer en el Senado fue presentado por CiU y respaldado por el PP, ERC, Coalición Canaria y Eusko Alkartasuna. Con el Gobierno votaron el PNV y el Grupo Mixto. El PNV perdió ayer cinco millones de euros para el País Vasco pactados con el PSOE para aprobar con enmiendas en el Senado.

DEFLACTACIÓN DEL IRPF

Si el Congreso no levanta el veto no se adecuaría la tarifa del IRPF a la inflación, es decir, no se reduciría este impuesto para algunos contribuyentes.

LEY DE DEPENDENCIA

Sin mayoría absoluta en el Congreso se prorrogarían los Presupuestos de 2007 y no se aprobaría la financiación extraordinaria para la segunda fase de aplicación de la Ley de Dependencia.

EDUCACIÓN INFANTIL

Sin nuevos Presupuestos no entraría en vigor el acuerdo con IU para dotar con 100 millones la universaclización de la educación de 0 a 3 años.

INVERSIONES EN CCAA

Las cuentas del Estado incluye un incremento global de 2.500 millones en inversiones en distintas comunidades. Por ejemplo, Andalucía perdería 750 millones de euros, Castilla y León, 300 millones, Baleares 60 millones, Canarias 110 millones, Galicia 120 millones, Murcia 70 millones y un total de 470 millones la Comunidad Valenciana.

ESTATUTO DE CATALUÑA

No podría aplicarse la previsión de inversiones contenida en el Estatuto de Cataluña que en 2008 serán 670 millones de euros.

PACTOS CON NACIONALISTAS

Sin Presupuestos el Gobierno no podría cumplir ningún acuerdo con el resto de partidos que han servido para aprobar leyes. Incluso, el veto aprobado ayer impide cumplir otros acuerdos con PNV y BNG que iban a entrar como enmiendas en el Senado.

El Ejecutivo da por perdida la censura a Magdalena Álvarez

La legislatura se cerrará en el Senado con otro varapalo al Gobierno: la recusación de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez.

La presentó ayer el PP se votará el próximo martes y si los partidos mantienen sus posiciones del Congreso habrá una amplia mayoría para aprobar la primera reprobación de un miembro del Gobierno.

De hecho, fuentes del Ejecutivo dan por perdida esa votación y no parece que vayan a hacer siquiera gestiones para salvar a Álvarez.

La moción hace referencia a la gestión que la ministra ha hecho de la crisis ferroviaria de Barcelona. Hace dos semanas el Gobierno salvó la recusación en el Congreso por sólo dos votos, gracias a los tránsfugas y a un acuerdo con el BNG para transferir competencias a Galicia y con el PNV para apoyar las cuentas en el Parlamento vasco y un aumento de las inversiones en el País Vasco.

Los avatares de la política catalana provocaron esa recusación y están detrás también del veto aprobado ayer a los Presupuestos.

No es casual que CiU eligiera para presentar el veto el capítulo del Ministerio de Vivienda que dirige Carme Chacón, que será número uno del PSC por Barcelona.

Tampoco es casual el enfrentamiento en el Senado entre CiU y ERC, aunque ambos votaran ayer lo mismo. El portavoz de ERC en el Senado, Carles Bonet, dijo que CiU ha sido 'irresponsable' y 'no ha calculado bien' al presentar un veto parcial.

Problemas del PSOE para cerrar acuerdos

Zapatero optó en 2004 por la fórmula inédita de Gobierno en minoría sin acuerdos cerrados con ningún otro partido, negociando con el resto cada iniciativa.

De esa forma todo empezó con la repetición de la expresión 'el PP se queda solo' y termina con el PSOE en dificultades para sacar adelante cada iniciativa. La única excepción son las referidas a terrorismo en las que se mantiene la soledad del PP en cada votación parlamentaria.

En el inicio de la legislatura los socios más firmes fueron ERC e IU. Con el giro al centro del presidente, las relaciones con los independentistas catalanes siguieron una tendencia hacia el cero y ya son inexistentes. Con IU son precarias, pero todavía el grupo que dirige Gaspar Llamazares hace favores al Gobierno como ausentarse una parte de sus diputados para que salieran los Presupuestos.

El PNV, aliado más firme

Con CiU ha habido altibajos, desde el acuerdo del Estatut al veto a los Presupuestos. Zapatero quiso que fueran mejores para completar el caminio al centro en la recta final de la legislatura, pero Montilla se adelantó en 2006 y precipitó el pacto con ERC en la Generalitat.

El aliado más fiel ahora es el PNV que ha logrado apoyo a las cuentas vascas y más inversiones a cambio de apoyar los Presupuestos y compromiso de financiación extra por el patrimonio histórico no reconocido ni acreditado, por la Ley de Memoria, aprobada ayer definitivamente en el Senado. Así, hay ocho leyes en trámite que el PSOE permitirá que decaigan. Se incluyen las dos de reforma del Poder Judicial que impulsó con eficacia Juan Fernando López Aguilar.

Pedro Solbes atribuyó el veto a los Presupuestos al clima electoral y Pío García Escudero, del PP, habló de 'tarjeta roja' al Gobierno.