Este artículo se publicó hace 17 años.
Los reyes alaban a Melilla en la segunda etapa del viaje a los enclaves del norte de África
En la frontera con Marruecos varias asociaciones han organizado diversos actos de protesta
Los reyes ha completado en Melilla sus dos visitas a los enclaves españoles en el norte de Marruecos, en un doble viaje que ha suscitado una viva polémica diplomática con Rabat, que considera Melilla y Ceuta ciudades "ocupadas".
"No podía dejar pasar más tiempo sin venir a Melilla, para expresaros todo nuestro afecto y apoyo, al igual que lo hemos querido hacer en tantas otras ciudades", dijo el monarca español en un discurso en el ayuntamiento de esta ciudad autónoma.
El Rey, acompañado de su esposa, la reina Sofía, había llegado sobre las 12.15 horas a la Plaza de España de Melilla, donde fueron recibidos por miles de personas al grito de "¡Melilla os quiere!" y "¡Que lo sepa todo el mundo, Melilla es española!" en medio de un mar de banderas españolas.
El monarca, que tuvo que salir hasta en dos ocasiones al balcón del ayuntamiento a saludar a los melillenses, recibió las llaves de oro de la ciudad de manos de su alcalde, Juan José Imbroda, en una breve ceremonia.
"Como Rey que se debe a todos los españoles, tenía contraído el compromiso de visitar Melilla junto con la Reina", afirmó Don Juan Carlos, en un discurso prácticamente idéntico al pronunciado la víspera en su visita al enclave de Ceuta, en el que de nuevo evitó referencias a la polémica con Marruecos.
"Veo con especial satisfacción cómo la inconfundible personalidad histórica y la riqueza cultural de esta ciudad, se han sabido enriquecer con un armónico espíritu de integración y convivencia", afirmó, en cambio, en referencia a la cohabitación entre religiones y culturas.
Cariño y lealtad a la Corona
El alcalde-presidente de la ciudad autónoma, Juan José Imbroda, expresó a los reyes su agradecimiento por la visita y recordó que "Melilla siempre mantuvo y mantendrá los vínculos históricos de cariño y lealtad a la Corona".
La visita a Melilla, ciudad de unos 70.000 habitantes, completa la que el monarca hizo el día anterior a Ceuta, los dos enclaves españoles norteafricanos y las últimas regiones españolas que le quedaba por visitar oficialmente desde su ascensión al Trono en 1975.
La presencia de Don Juan Carlos en Ceuta y Melilla ha provocado una viva polémica con Marruecos, que reinvidica ambas ciudades, hasta el punto que el rey Mohamed VI decidió llamar a consultas a su embajador en Madrid.
"España debe comprender que el tiempo del colonialismo ha pasado irrevocablemente", había declarado el lunes el primer ministro marroquí, Abbas El Fassi, en una sesión parlamentaria en Rabat. "Ceuta y Melilla son parte integrante del territorio nacional y su recuperación se llevará a cabo por medio de negociaciones directas como fue el caso de Tarfaya, Sidi Ifni y el Sahara marroquí", afirmó.
Desde Madrid, en cambio, se intenta quitar hierro a la reacción marroquí asegurando que "se trata de una divergencia sobre un punto concreto que no debe extenderse al conjunto de la relación" con Marruecos, afirmó en declaraciones a Radio Nacional, el número dos del ministerio de Asuntos Exteriores español, Bernardino León.
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