Como en una película de cine negro, los asistentes al juicio contra el ex presidente de Caja San Fernando, Juan Manuel López Benjumea, un detective y dos periodistas de El Mundo por injurias a Manuel Chaves asistieron ayer estupefactos al giro más drástico del caso: las dos copias del vídeo manipulado en que se basó El Mundo para publicar que el presidente andaluz había ordenado espiar en 2001 a Benjumea han desaparecido.

Cuando se supo, Benjumea no estaba en el banquillo: por primera vez, usó la prerrogativa que le permite no acudir a la vista. Los periodistas acusados acogieron la noticia con júbilo.

Robada de la caja fuerte

Una copia, y sorprendentemente eso no se notificó a las partes hasta el lunes, fue robada el 27 de julio de 2005 de la caja fuerte del juzgado por alguien que usó las llaves que guardaba en su cajón el secretario judicial. Del paradero de la otra tampoco se sabe nada.

Sin vídeo,  la acusación lo tiene difícil. De hecho, la abogada de El Mundo anunció que si el miércoles no ha aparecido la segunda cinta pedirá la nulidad de las actuaciones.

Para probar que los periodistas de El Mundo injuriaron a Chaves, el juez debe concluir que lo acusaron de espionaje a sabiendas de que la noticia era falsa.

Y según los cinco peritos policiales que ayer declararon, la manipulación  del vídeo era más que notoria. En él se hizo parecer que un falso espía acusaba a Chaves de ordenarle vigilar a Benjumea. En 2003, la Audiencia de Sevilla ya dictaminó que tal espionaje nunca existió.