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Rubalcaba pide a los militantes que busquen los votos casa por casa

Felipe González afirma que el cambio que propone Rajoy es 'una utopía regresiva, un salto al siglo XIX'

GONZALO LÓPEZ ALBA

'Un poco de voto no vendría mal'. Es lo que piensa Alfredo Pérez Rubalcaba, pero quien lo reclamó ayer, con todos los decibelios y un ligero arreglo en la letra de Un poco de rollo no vendría mal, fue Alejo Stivel, el exvocalista de Tequila reconvertido en su animador musical de campaña.

La necesidad de ese voto recorre de norte a sur y de este a oeste todas las candidaturas socialistas, pero se manifiesta con especial gravedad en comunidades como el País Valencià, donde el PSOE no sólo no consigue sacar partido de la caída de Francisco Camps sino que, además, tiene por el flanco izquierdo una vía de agua que, según las encuestas, llevará a Compromís-Equo al Congreso de los Diputados.

El candidato del PSOE se postula como único garante del Estado social

Por ello, Rubalcaba abrió y cerró su mitin de ayer en Valencia, donde reunió a unas 10.000 personas, emplazando a los militantes socialistas a buscar los votos casa por casa: 'Os pido que os comprometáis conmigo. No esperéis que la gente que está en casa venga a nosotros, que no va a venir. Tenemos que ir nosotros, explicarles lo que hemos hecho, lo que no les gusta también, y lo que queremos hacer. Dad la cara y veréis cómo cambian las encuestas'.

Como tarjeta de presentación para esas visitas a domicilio, recomendó la que, con ayuda de Felipe González, usa él: 'Somos los socialistas de siempre'. En víspera del cara a cara televisivo en el que su equipo ha depositado la esperanza de cambiar el signo de la campaña, por segundo día consecutivo fue arropado por el expresidente, a modo de primer y mejor avalista.

González propone aplazar el pago de las hipotecas en vez de la dación en pago

'El mentor de Rajoy se reúne con el Tea Party y el mío, que es Felipe, con Lula', proclamó Rubalcaba, recibido con coros de '¡Tú sí que vales!'. El cántico sintoniza con el que sigue siendo el eje de su campaña: la búsqueda del contraste personal con Rajoy.

González, que habló más tiempo que Rubalcaba, se ufanó de su capacidad para 'poner nerviosa' a 'la caverna' y, por momentos, interpretó el papel que representaba Alfonso Guerra cuando él era el candidato. El expresidente cargó contra Rajoy en clave de proyecto: 'El cambio que propone es un salto atrás, una utopía regresiva del siglo XIX'. Y también en clave personal: 'Rajoy no va a hacer nada si gana las elecciones. Con su indolencia y su aire de casino del siglo XIX jugando la partida, no puede ser el futuro. Llámalo, Alfredo, a ver cómo va el Real Madrid [a esa hora jugaba con el Osasuna]... Dice que hoy no puede trabajar porque está preparando el debate ...'.

Primera, aunque tibia, reivindicación de Zapatero, a un día del cara a cara

Por el contrario, González sostuvo que el PSOE presenta 'el mejor candidato y el mejor proyecto'. 'Alfredo es el único que puede hacer frente a la crisis, no sólo porque la comprende, sino porque trabaja más horas de las que tiene el día', sentenció para acentuar así el perfil de pereza e incompetencia con el que los socialistas caracterizan a Rajoy.

En su particular ajuste de cuentas con el mundo y con José María Aznar, ironizó que el pasado es él, precisamente a quien, en 2009, encomendaron presidir el comité de sabios que analizó los cambios necesarios para asegurar el futuro de la Unión Europea. 'Creo que pensaron en Aznar, pero como la mayoría es conservadora, no se pusieron de acuerdo...', apostilló.

Su repertorio incluyó también una propuesta más propia de un candidato que de un supporter. Frente al compromiso de Rubalcaba de regular la dación en pago, González defendió la alternativa de prorrogar los plazos de vencimiento de las hipotecas, de modo que, 'mientras dure la crisis', sólo se exigiera el pago del principal o de los intereses, pero no de ambos.

Rubalcaba aprovechó su presencia en Valencia para subrayar que si en algún sitio hubo 'infección inmobiliaria' fue aquí y acusó al Gobierno autonómico, en manos del PP desde 1995, de 'olvidarse de los ciudadanos de tanto buscar las facturas de los trajes'.

La gran novedad en su discurso de ayer, y también en el de González, fueron las menciones a José Luis Rodríguez Zapatero. González señaló que 'algunos errores se han cometido', pero también pidió comparar la situación de España con la de Grecia, intervenida por la Unión Europea, o la de Italia, sometida a supervisión. Rubalcaba, a su vez, destacó que con Zapatero creció más la economía y se creó más empleo que con Aznar, y además se crearon nuevos derechos sociales, como la ayuda a los dependientes.

Fue un elogio más bien instrumental, tibio si se compara con que 'Felipe es un lujo' para él y orientado a reforzar la idea medular de que sólo los socialistas preservarán el Estado de bienestar: 'El Estado social en España tiene nombre y apellidos: PSOE. Y todo lo hicimos solos, porque el PP no votó ni una sola de las leyes que han expandido los derechos sociales'.

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