Este artículo se publicó hace 13 años.
Rumanía y Bulgaria se quedan fuera de Schengen
En el Consejo europeo, Holanda y Finlandia vetaron la entrada de ambos países en el espacio de libre circulación
El fantasma del Partido de la Libertad holandés y el de los Auténticos Finlandeses planeó ayer sobre el barrio europeo de Bruselas. En el Consejo europeo, la institución que reúne a los 27 Gobiernos, Holanda y Finlandia, donde las formaciones de extrema derecha tienen un gran peso, vetaron la entrada de Rumanía y Bulgaria en el espacio de libre circulación. Todos los países miembros, incluidos Holanda y Finlandia, habían respaldado el examen que analizaba los requisitos técnicos para entrar a formar parte del acuerdo Schengen. Sin embargo, la decisión requiere la unanimidad de los Estados miembros.
"Queremos evitar una situación en la que, habiendo decidido afirmativamente, nos acabemos arrepintiendo", aseguró Gerd Leers, ministro de Interior holandés, integrante de un Gobierno que sobrevive gracias al apoyo externo del Partido de la Libertad, capitaneado por Geert Wilders. "Se trata de una falta de confianza en el Estado de Derecho de Rumanía y Bulgaria", donde hay "corrupción al más alto nivel, fraude, crimen organizado y deficiencias en el sistema judicial", aseguró. "Necesitamos seguridad porque la gente tiene miedo", especialmente, "a la actividad criminal, el tráfico de mujeres jóvenes, armas o drogas", aseguró Leers, rechazando la influencia del partido de Wilders como un "argumento demasiado fácil".
La extrema derecha tiene gran peso en los países que votaron en contra
La presidencia rotatoria de la UE, que este semestre ostenta Polonia, no ocultó su decepción por el fracaso de las negociaciones, aunque podrían resucitar con presión reforzada a La Haya y Helsinki en la cumbre de jefes de Gobierno del mes que viene. "Espero que reconsideren su decisión", aseguró Jerzy Miller, ministro de Interior polaco.
En contra de la mayoríaLa presidencia rotatoria había propuesto una integración de Rumanía y Bulgaria en Schengen en dos fases. Primero se abrirían las fronteras marítimas y aéreas. Una vez evaluado el resultado, se haría lo mismo con las terrestres. El resto de países se habían mostrado a favor de este acuerdo, pero Holanda y Finlandia siguieron sin aceptarlo, argumentando los mismos motivos. España formaba parte de la mayoría de países, a pesar de que en agosto el Gobierno volvió a pedir a los ciudadanos rumanos un permiso de trabajo que antes no exigía.
Holanda alegó "falta de confianza" en el estado de derecho de Rumanía y Bulgaria
Según Traian Igas, ministro de Interior rumano, es "inaceptable" que "motivaciones de política interna" hayan influido en el veto de los dos países. En una entrevista, el presidente de Rumanía, Traian Basescu, criticó que el Gobierno holandés haya "sacrificado la política de consolidación europea para agradar" a los diputados extremistas.
Por otra parte, los 27 debatieron el cambio en las reglas de Schengen para permitir la restauración de controles fronterizos temporales. La propuesta de la Comisión pretende que un comité de expertos en Bruselas decida sobre cerrojazos de fronteras en casos de inmigración masiva o atentados terroristas. Un grupo de países, encabezado por España, Francia y Alemania, se opone a ceder competencias en el segundo supuesto, ya que entra dentro de los poderes exclusivos de los Estados miembros en materia de seguridad pública.
"No nos parece razonable dejar a la Comisión Europea decisiones que interceden claramente en la soberanía nacional de un país", aseguró Justo Zambrana, secretario de Estado de Seguridad, quien avanzó que la negociación se alargará en el tiempo.
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