Público
Público

Sarkozy quiere imponer la laicidad a golpe de reglamento

Su partido propone entre otras medidas que las madres no puedan recoger con el velo a sus hijos en el colegio

ANDRÉS PÉREZ

La Unión para un Movimiento Popular (UPM), el partido del presidente francés Nicolas Sarkozy, protagonizó ayer en París un debate sobre laicidad del que salió un código de conducta o reglamento con medidas tan polémicas como obligar a las madres que acompañen a sus hijos al colegio a quitarse el velo (integral o no) o imponer sanciones a aquellas parejas que rehúsen que la esposa sea atendida en un hospital por un médico de sexo masculino. Las propuestas surgen una semana antes de que entren en vigor las multas para las mujeres residentes en Francia que utilicen burka en lugares públicos.

El debate duró más de cuatro horas. La jerga popular francesa tiene una bonita metáfora para hablar de algo como lo que le ocurrió ayer a la UMP. Se trata de la expresión 'pétard mouillé' (petardo mojado). La UMP había anunciado que celebraría un 'gran debate' sobre el 'rol de las religiones en la sociedad, especialmente el islam', pero el encuentro acabó convertido en un monólogo del partido consigo mismo acerca de ese polémico paquete de medidas. Todas las confesiones y las mayoría de las asociaciones boicotearon el debate.

Todas las confesiones decidieron boicotear el encuentro

En tan sólo cuatro horas dereunión los representantes de la UMP enunciaron un total de 26 propuestas, de las cuales sólo dos serían puestas en marcha antes de las elecciones del año 2012.

La primera medida será una resolución parlamentaria, solemne, de 'reafirmación de la laicidad', la segunda permitiría 'enmarcar las plegarias en las calles', una temática que ha sido muy aireada (apuntando al islam y no a las procesiones o a los cánticos budistas del Chinatown de París) últimamente tanto por el ministro de Interior Claude Guéant como por la líder ultraMarine Le Pen.

El plan también pretende enmarcar el culto religioso en la calle

Inicialmente, ese 'gran debate' anunciado a bombo y platillo hace unos meses por el partido, con apoyo del presidente francés, tenía el objetivo de sentar en torno a la mesa a todas las confesiones francesas y a las asociaciones. Formalmente se trataba de examinar problemas, hallar soluciones, y proponer medidas eventualmente traducibles en leyes, en una continuación perfecta tras el precedente 'gran debate', sobre la 'identidad nacional', que dominó la temporada 2009-2010.

Claramente, los partidarios de Sarokozy intentaban ponerle música y consenso al concepto de 'laicidad positiva' enunciado por el propio presidente para reformar las leyes de laicidad que imperan en Francia desde el año 1905. Sarkozy, que en 2008 habló de lo malo que era el 'desierto espiritual de nuestras barriadas', que describió Francia como un país con 'un amplio manto de iglesias' y que es el único presidente que ha corrido al Vaticano para recoger una medalla honorífica y fotografiarse con el Papa, se estima bien colocado para reformar las intocables leyes sobrelaicidad de este país.

Pero todo el escenario sarkozysta acabó ayer como un 'pétard mouillé'. En un hotel de lujo del barrio de Montparnasse, al sur de París, los sarkozystas debatieron totalmente solos. La inmensa mayoría de los líderes religiosos (budistas, musulmanes, ortodoxos...) se negó a asistir.

La polémica se enmarca justo cuando Francia entra en la carrera previa a las cruciales elecciones presidenciales y legislativas de 2012. Un periodo en el que Nicolas Sarkozy, especialmente vía su ministro de Interior, Claude Guéant, y su partido está haciendo de todo para imponer una temática de tipo comunitario, étnico y religioso, con el fin de ocultar la agenda social. Además, Guéant afronta una querella por 'provocación al odio y a la discriminación', al haber afirmado que 'los franceses tienen la sensación de que ya no están en su casa'.

Así las cosas, los conservadores se limitaron ayer a rebautizar su 'debate' en 'convención' y el tema dejó de ser 'el rol de las religiones, especialmente el islam' para convertirse en 'la laicidad'. Sarkozy no ha pronunciado una sola palabra de apoyo al debate en las últimas tres semanas, y se limitó a enviar al acto a dos discretos consejeros suyos. El primer ministro, François Fillon, y el portavoz del Gobierno, François Baroin, se desmarcaron públicamente del 'debate'.

El ex primer ministro conservador Dominique de Villepin ha sido quien ha hundido más el dedo en la llaga. 'El conjunto de las iglesias considera que no es el buen momento y no es la buena manera de hacer un debate', subrayó. 'Estamos en un momento de gran sufrimiento de los franceses y hay que ocuparse de los auténticos problemas: el empleo, los salarios, la seguridad', dijo. Y, dirigiéndose a Sarkozy, le aconsejó: 'A veces, la buena manera de hacer política es reconocer que se ha cometido un error'.

Diario ‘la croix': Líderes y confesiones

El gran diario cristiano ‘La Croix' publicó el pasado 29 de marzo un manifiesto firmado por los seis líderes de las principales confesiones religiosas de Francia. En el texto criticaron duramente el debate sobre laicidad impulsado por el partido de Sarkozy.

Estigmatización: Periodo 'turbio'

'No debemos añadir más confusión en el periodo turbio que atravesamos', pedían los firmantes, ya que hablar de religiones podría conllevar 'riesgos de estigmatización'. 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias