Este artículo se publicó hace 13 años.
Los servicios públicos y la igualdad como bandera
Tomás Gómez ha explotado su origen humilde frente al de su rival
Tomás Gómez no se ha cansado de repetir lo mismo desde el comienzo de la campaña: él es el único candidato que puede garantizar el futuro de los servicios públicos en la Comunidad de Madrid y la "igualdad real" entre todos los ciudadanos.
Sin saberlo, Gómez comenzó la campaña el pasado día 6 en la Puerta del Sol, el mismo lugar que diez días después se convertiría en el centro neurálgico del Movimiento 15-M. Confiado en su victoria en las urnas, el candidato socialista ha hecho frente a las encuestas, que han dado una abrumadora mayoría a su rival, Esperanza Aguirre.
Tras la victoria en las primarias, Gómez se mide ahora ante los ciudadanos
El eje de su campaña ha consistido en advertir de los riesgos que podría suponer para el Estado del bienestar una victoria de la derecha en las elecciones. "En España tenemos la derecha más radical de Europa, y la peor está en Madrid", ha repetido en sus mítines.
Gómez se ha crecido ante la posibilidad de que Aguirre instaure el copago de la Sanidad en la Comunidad y, sobre todo, ante las pretensiones del PP de privatizar el Canal de Isabel II o Telemadrid. El socialista ha insistido en que "la libertad sólo se puede alcanzar con la igualdad, y la igualdad sólo puede llegar de los servicios públicos".
También ha tratado de dibujar un trecho entre él y la presidenta. Ha pretendido enfrentar al "presidente de la gente común" con la "condesa". Ha explotado su origen humilde, presentándose como "el hijo de una limpiadora que ha conseguido dar clases en una universidad". Y ha recordado su etapa al frente del Ayuntamiento de Parla, donde sus vecinos lo convirtieron en el alcalde más votado de España.
Lissavetzky ha centrado sus críticas en Gallardón por el endeudamiento
Un punto de inflexiónEl debate a tres que se celebró en Telemadrid el día 8 fue un punto de inflexión en la campaña. Gómez demostró su aplomo y su seguridad en sí mismo como la apuesta fuerte de la izquierda, relegando a un segundo plano tanto a Aguirre como al candidato de IU, Gregorio Gordo, respectivamente. El socialista se presentó como ganador y no cesó de lanzar guiños a Gordo para un posible pacto de Gobierno.
Gómez se lo juega todo en las urnas. Los ciudadanos, sobre todo en los núcleos obreros de la capital y del cinturón rojo metropolitano, determinarán si para ellos el candidato es realmente el preferido por "la gente corriente".
Dentro de su partido se juega el respeto de sus compañeros, después de que el verano pasado desafiara a la Ejecutiva federal provocando la celebración de unas primarias para elegir al candidato a la Comunidad de Madrid. El secretario general y presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, apostó entonces por la actual ministra Trinidad Jiménez, alegando que las encuestas que manejaba el PSOE apuntaban a que ella hubiera tenido más posibilidades de vencer a Aguirre en las urnas.
El candidato a la alcaldía de la capital, Jaime Lissavetzky, se ha centrado en arremeter contra su adversario, el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, por el elevado endeudamiento en el consistorio. Es todo un veterano en la política socialista madrileña y sus propuestas se han centrado en la creación de empleo, la sostenibilidad y la cultura.
Desde el pasado lunes, tanto Gómez como Lissavetzky se han apuntado al carro de los indignados.
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