Josefa Medrano, delegada de Participación en el Ayuntamiento de Sevilla. 

1. ¿Cómo surgió en la ciudad la idea de desarrollar los presupuestos participativos?

Fue una propuesta de IU cuando entró a formar parte del Gobierno en 2003. Bebíamos de la iniciativa de Porto Alegre, pero había que adaptarla a Sevilla, con una población de 706.000 habitantes y una extensión de 141 km2. Era algo novedoso, llamativo e incluso revolucionario.

2. ¿Qué balance hace?

Han sido siete años de muchas dificultades. Para que todo funcione, tiene que haber una fuerte apuesta política, que los ciudadanos se crean el proceso y que los funcionarios asuman esta nueva forma de trabajar. Ha sido un aprendizaje de todos.

3. Y ahora, ¿cuál es la situación?

Hemos ido avanzando poco a poco. En el ejercicio de 2010, 11 distritos y 14 de las 20 delegaciones tuvieron una parte de sus presupuestos a debate. Unos 5.000 vecinos decidieron el destino de 14 millones.

4. ¿Cómo se organizan los ciudadanos?

Ellos mismos ponen las normas cada dos años. El procedimiento es asambleario, universal y vinculante.

5. Con estos procesos, ¿no cree que pueden perder sentido las asociaciones de vecinos u otros colectivos ciudadanos más o menos organizados?

Yo creo que al contrario, sirven para consolidar el tejido asociativo. Las asociaciones de mujeres o las asociaciones de madres y padres de alumnos (AMPA) se unen para hacer propuestas, pero al final cada ciudadano vota de manera individual.

6. ¿Cree que este tipo de iniciativas acercan a los ciudadanos a la política?

La propuesta la llevamos a cabo porque constatamos el alejamiento entre los vecinos y la política. En la democracia representativa, la participación es muy débil, por eso hay que buscar otros ámbitos de representación. La gente pasa cuando ve que las decisiones las toman otros.