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El sindicalismo europeo se prepara para dar la batalla el 14-N

Al menos una decena de países del viejo continente vivirán movilizaciones al calor de esta convocatoria. El rechazo a las políticas de austeridad y la apuesta por una salida social a la crisis serán el denominador com&uacute

ELENA HERRERA

El clamor contra las políticas de austeridad que imponen las instituciones internacionales por encargo de Alemania tendrá réplicas el próximo 14 de noviembre en buena parte del viejo continente. La primera jornada de respuesta conjunta por parte de los trabajadores europeos está promovida por la Confederación Europea de Sindicatos (CES), que ha convocado para ese día una jornada de 'acción y solidaridad por un contrato social para Europa'. Sin embargo, las movilizaciones que tendrán lugar alrededor del 14-N son fruto también de la comunicación 'constante' y los encuentros mantenidos en los últimos meses por los representantes sindicales de los diferentes países europeos.

A la huelga general de 24 horas convocada en España y Portugal, dos de los países más afectados por la crisis económica, se unió el pasado lunes Italia. La Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), mayoritaria en ese país, ha llamado a los trabajadores italianos a secundar para ese día un paro de cuatro horas en señal de protesta contra los presupuestos para 2013 del Ejecutivo de Mario Monti, que contemplan nuevos recortes y la subida de un punto del IVA en los tipos general y reducido a partir del próximo julio.

Los sindicatos franceses también llaman a la movilización para ese día, aunque no han llegado a convocar huelgas, pues estas organizaciones todavía permanecen un poco a la expectativa ante las posibles medidas que pueda tomar el socialista François Hollande tras su llegada al Palacio del Eliseo. En ese país, el rechazo al rigor máximo en la contención del gasto público y la expresión de solidaridad con los Estados del sur de Europa, se expresará en forma de manifestaciones o concentraciones. En Alemania, según fuentes sindicales, ese día se llevarán a cabo acciones de solidaridad y asambleas en los centros de trabajo.

Bélgica también responderá a la llamada de la CES para el 14-N con una manifestación en Bruselas. Tres días antes, el 11 de noviembre, el sector del automóvil belga, afectado especialmente después que se conociera la decisión de Ford de cerrar la planta de Genk y despedir a sus 4.300 empleados, también se movilizará. 

Los sindicatos helenos promueven una huelga de 48 horas los días 6 y 7 de noviembre. Una convocatoria que tiene como objetivo incidir contra las nuevas medidas de Gobierno de Andonis Samarás, que incluyen recortes presupuestarios por valor de 13.500 millones, la mayoría de los cuales se aplicarán en el Presupuesto de 2013, y una serie de reformas estructurales y de flexibilización laboral. Además, las centrales griegas, GSEE y ADEDY, mayoritarias en el sector privado y público respectivamente, que han convocado cinco huelgas en 2012, también podrían unirse a la llamada de la CES para el 14-N.

Por su parte, República Checa y Eslovenia, se unirán a esta ola de protestas contra la austeridad y a favor de una salida social a la crisis con manifestaciones convocadas por sus sindicatos mayoritarios para los días 16 y 17 de noviembre. El 14-N también habrá acciones de solidaridad, aunque menos significativas, admiten fuentes sindicales, en Holanda, Noruega o Suecia.

Un mensaje común, aunque con particularidades

En un contexto de turbulencias financieras, ataques al Estado del bienestar y al modelo social que ha marcado la convivencia de los países de la UE, las organizaciones sindicales creen que la única salida que les queda es reaccionar. Y hacerlo juntas a pesar de las particularidades de cada Estado. 'El 14-N habrá mensajes locales, porque la situación no es la misma en todos los países. Sin embargo, habrá elementos comunes como el rechazo a unas mal llamadas políticas de austeridad que crean más recesión y menos empleo', señala Toni Ferrer, secretario de Acción Sindical de UGT.

En el relato de las organizaciones sindicales, la clave sigue estando en evidenciar la exigencia conjunta de los trabajadores europeos de un cambio de políticas en el seno de la Unión. 'El 14-N es una buena oportunidad para que se visibilice el rechazo del movimiento sindical europeo a las políticas de la troika', asegura Ferrer. Fernando Lezcano, Secretario de Comunicación de CCOO, considera, además, que este 14-N servirá para demostrar la 'fuerza' del sindicalismo europeo. A su juicio, las múltiples convocatorias serán un 'punto de inflexión' en la línea de trabajo que, hasta el momento, han mantenido las organizaciones de trabajadores del viejo continente.

'Hasta ahora, las iniciativas conjuntas han tenido un éxito relativo. Eso cambiará el 14 de noviembre, cuando, a pesar de la libertad que tiene cada país para adecuar las acciones a su coyuntura particular, habrá una respuesta unitaria a las medidas que arrastran a Europa al estancamiento económico', sentencia Lezcano.

Quedan poco menos de dos semanas para que el termómetro de 14-N arroje un resultado fiable sobre el estado del sindicalismo europeo y su poder de movilización a la hora de enfrentar en la calle, y de manera conjunta, la disciplina del control del gasto que amenaza con dinamitar el Estado social. Pero antes, coinciden en los sindicatos mayoritarios españoles, las organizaciones tendrán que emplearse a fondo en la difusión de la convocatoria en los centros de trabajo, especialmente en las pequeñas y medianas empresas, cuyos empleados son tradicionalmente menos proclives a secundar este tipo de convocatorias.

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