Este artículo se publicó hace 14 años.
Sociedad civil en libertad condicional
Imaginemos, hace un año, una pregunta ante un Trivial también imaginario: "Tres semanas de cárcel incomunicada, tratados por indicación de la policía como a cualquiera que incumpla el código penal incluyendo ladrones y asesinos y con cargos que pueden conllevar la pena de siete años de prisión por mostrar en pancarta un lema tan ingenuo como los políticos hablan, los líderes actúan. ¿De qué país se trata?" Nadie habría acertado la respuesta, por inimaginable. Pero ha pasado y lo hemos visto; no en un juego, sino en una democracia europea como Dinamarca. ¿Cómo ha sido ha posible tal desproporción?
Los detenidos, López de Uralde, Christiansen, Schmutz y Thijssen son ecologistas. El contexto, la fracasada cumbre del Clima de Copenhague, en la que la sociedad civil ha sido maltratada como nunca en ningún otro evento climático. El lugar, la alfombra roja en el castillo de la reina por la que desfilaban los líderes políticos mundiales. El mensaje, radicalmente subversivo de puro inocente: desvelar como en el cuento del danés Andersen que los emperadores del mundo estaban desnudos, incapaces de actuar para evitar un cambio climático catastrófico. Pero las cosas no terminaron como en el cuento y los activistas de Greenpeace acabaron recibiendo una bofetada.
Con ellos, toda la sociedad civil ha sido abofeteada. De su exclusión y persecución, la UE ha sido más que cómplice. El maltrato a la sociedad civil sin cuya presión y propuestas no habría existido la agenda climática, convenio marco y protocolo de Kioto incluidos no es independiente del fracaso de Copenhague, sino parte principal. La sociedad civil estorba para pasar de acuerdos multilaterales legalmente vinculantes a pactos de interés entre las principales potencias. Se trata de silenciar sus propuestas e impedir sus protestas, por pacíficas que sean.
Los activistas de Greenpeace, ahora en libertad provisional, son el símbolo de la sociedad civil, cuyo devenir en la agenda climática ha quedado también en libertad vigilada. Lo que suceda en el proceso penal será también un símbolo. Las razones y protestas que han hecho posible la libertad provisional seguirán hasta alcanzar la libertad incondicional, como seguirán la presión y propuestas de la sociedad civil hasta obligar a los gobiernos a mitigar el cambio climático.
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