Este artículo se publicó hace 13 años.
El superávit se utilizará para rebajar la deuda
Zapatero confirma un primer trimestre de mayor crecimiento que el previsto
"Vamos a crecer más este trimestre que el último de 2010. Aunque sea con lentitud, las ganas de crecer de la economía están ahí". El presidente del Gobierno consideró desbrozado el camino de la recuperación en un encuentro parlamentario que, por la derecha, le granjeó el consabido "se lo advertimos" del líder del PP, y por la izquierda, el reproche de haber claudicado ante postulados muy lejanos a la base social del PSOE. Una sesión que además trajo la promesa de que todo superávit del Estado se utilizará no para engrosar la inversión pública, sino para contraer la deuda.
"Ahora hay más estabilidad, confianza y solvencia en España", se jactó el jefe del Ejecutivo en el Congreso. La creación de empleo "costará y será lenta", pero "el camino funciona", sentenció. Un sendero jalonado por las reformas emprendidas desde mayo. José Luis Rodríguez Zapatero las defendió y agradeció el papel de los que las han alentado: CiU y PNV, Coalición Canaria y UPN, para oponerlo a la actitud del PP. "He podido actuar tarde, hasta admito que he podido rectificar algunos planteamientos, pero usted ha mostrado una incoherencia culpable. Eso es falta de responsabilidad y compromiso con su país", reprochó a Mariano Rajoy.
En una larga sesión monográfica para evaluar el Consejo Europeo de la semana pasada, que consagra el nuevo paquete de reformas del Pacto por el Euro, Zapatero avanzó algunos detalles que desarrollan las conclusiones de la cumbre. Anunció un "fuerte endurecimiento" de las sanciones a los empresarios que no den de alta a sus empleados y a los que cobren el paro y trabajen sin declararlo una vez que acabe el proceso de regularización "incentivado" que pretende hacer aflorar el empleo sumergido.
Zapatero ahondó también en la reforma de la estabilidad presupuestaria como herramienta "anticíclica". Una será su principal novedad: siempre que el Estado obtenga más recaudación de la prevista, se destinará este superávit a la reducción de la deuda pública y no a aumentar el gasto. La futura reforma consagrará este criterio para el Estado y los ayuntamientos. Legalmente, no se puede imponer a las autonomías, aunque aseguró que buscará su complicidad.
El PP "no se fía"El jefe del Ejecutivo no movió un milímetro a Rajoy de sus críticas: "No podemos confiar en usted", insistió. "Lo que quiero es que venga a decirnos que, con arreglo a su propio termómetro [la creación de empleo], sus medidas funcionan. Ya llevamos 12 paquetes de medidas económicas, 30 decretos leyes y cada vez el paro aumenta más", agregó.
Menos distante, el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, recordó el abismo de mayo y aseguró que, gracias a su grupo, España ha sorteado la amenaza de una intervención y "no es pareja de Portugal". Josu Erkoreka (PNV) denunció que haya que "saber literalmente latín para abrirse paso en la madeja enmarañada" del pacto de estabilidad europeo, aunque comprometió su apoyo a la reforma.
El portavoz de ERC, Joan Ridao, criticó el "pacto del hambre" que se está fraguando con los recortes impuestos por la "brigada antigasto" de la UE. Núria Buenaventura (IU-ICV) rechazó las conclusiones de la "ofensiva neoliberal" de Bruselas y acusó al presidente de "arrodillarse" ante las "recetas más rancias": recortar los salarios y crear un Estado "anoréxico". Sus críticas espolearon la idea con la que Zapatero cerró el debate: "Nuestra política es socialdemócrata, progresista. Eso sí, con los pies en el suelo".
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