Este artículo se publicó hace 13 años.
"Sólo somos un tipo de tumor"
Pacientes de Oncología denuncian la saturación en el hospital de Santiago
Paula (nombre ficticio) tiene cáncer de mama y recibe quimioterapia. Y, aunque los efectos secundarios del tratamiento parece mantenerlos a raya, menos llevaderas son las horas interminables de espera que esta mujer y el resto de pacientes de Oncología en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago padecen a diario.
"Es mentalmente agotador saber de antemano que estaré un montón de horas esperando mi turno", se queja Paula. Ella no cuestiona al personal médico, para el que sólo tiene palabras de elogio, sino la labor de gestión. El número de pacientes se ha multiplicado mientras los recursos se han reducido. "¿Cómo es posible que haya oncólogos con contratos mensuales?", se exaspera.
El centro admite el colapso y asegura que está en plena «reestructuración»
Las palabras de Paula podrían sonar exageradas, pero no lo son. Este periódico la ha acompañado en una de sus visitas al hospital y su relato de corredores atestados y colas interminables es auténtico. Después de siete horas de deambular entre pasillos, Paula todavía no había concluido su tratamiento.
Buscando sitio libreA las ocho y media de la mañana de un jueves de octubre Paula entraba en el hospital en dirección al puesto de control de onco-hematología. Desde allí, ya se atisbaba la cola de pacientes. Aunque el personal de enfermería se mueve ágil, no da abasto. El sistema de sillas calientes funciona sin parar. Hasta 16 extracciones de sangre simultáneas, en filas de a cuatro. El resto de los pacientes, jóvenes o ancianos, buscan con la mirada un sitio libre.
Una asociación de usuarios denuncia la falta de medios por los recortes
La situación no es nueva. Una asociación de usuarios del hospital denunció el verano pasado que los recortes sanitarios estaban "colapsando" las consultas. "El hospital de día ha pasado de atender a 13.500 pacientes en 2009 a 40.000 en 2010, con los mismos medios", señala dicha asociación. "Somos mucho más que un tipo de tumor y el tiempo es vital para nosotros", censuran. Un portavoz del hospital de Santiago asegura que el servicio está "en proceso de reestructuración", además, Rafael López jefe de Oncología del hospital admite la "saturación". "El número de pacientes crece a un ritmo de entre el 5 y el 10% anual", en un hospital que data de 2003 y que nació sin "capacidad de crecimiento", argumenta. Los recortes en Sanidad no dan para más filigranas.
Paula recorre el hospital y se dirige al pasillo habilitado como sala de espera. El oncólogo la atiende durante 12 minutos exactos. En ese tiempo, el especialista se interesa por su evolución y repasan juntos el tratamiento de ese día, pese a las continuas interrupciones.
Es más de la una de la tarde cuando por fin Paula comienza con la quimio, casi cinco horas después de haber cruzado la entrada principal del hospital. Todavía habrá de permanecer tres horas más recibiendo su medicación.
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