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Tomás Gómez protege su cuello

El líder del PSM, enfundado en un jersey, vuelve a verse las caras con Zapatero y Blanco en el Consejo Territorial del PSOE, donde abundan las chaquetas y corbatas

JOSÉ MIGUEL BLANCO (EFE)

No era la primera vez que, tras las elecciones primarias, Tomás Gómez se veía cara a cara con el presidente del Gobierno y con José Blanco, dos firmes defensores de la que fue su contrincante en las urnas para decidir quién era el candidato del PSOE en Madrid.

El pasado 23 de octubre ya tuvieron ocasión de compartir debate en la reunión del Comité Federal del PSOE.

Pero hoy volvieron a coincidir en el mismo escenario, la sede socialista de Ferraz, aunque por una convocatoria distinta: el Consejo Territorial del partido que pretende aumentar la coordinación ante las políticas activas de empleo.

Hubo comida previa sin que las cámaras fotográficas y de televisión actuaran de testigos, pero estas pudieron dar fe de la foto de familia posterior de Zapatero con sus barones autonómicos, sus tres vicepresidentes en el Gobierno y, entre otros, el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez. Muchas sonrisas, algún comentario distendido, abrazos como el de la vicepresidenta Elena Salgado a Patxi López, y palmaditas y otros gestos cariñosos entre colegas.

Uno de ellos tuvo como protagonistas a Gómez y Blanco, que situados uno junto al otro, regalaron esa instantánea —fugaz— a los informadores gráficos pese a que no hubo prácticamente entre ellos palabra alguna mientras posaban para la foto. En ella, mayoría de corbatas, alguna concesión a la informalidad como la ausencia de esa prenda en Manuel Chaves, Guillermo Fernández Vara, José Antonio Alonso, Gaspar Zarrías, Javier Fernández y Octavio Granado, y sólo uno se atrevió con jersey de cuello alto: Tomás Gómez.

Más allá de metáforas e interpretaciones por los motivos por los que lo eligió, el brusco cambio de temperatura en Madrid pudo ser la única razón por la que Gómez quiso ser más precavido que los demás y preocuparse especialmente por su garganta. No tuvieron que preocuparse por su indumentaria los dos únicos ausentes: Francesc Antich (de viaje oficial) y José Montilla (haciendo deberes en Cataluña ante la cita del 28 de noviembre).

Y pocas mujeres: la vicepresidenta Elena Salgado, la portavoz socialista en el Senado, Carmela Silva; la secretaria general del partido en Cantabria, Dolores Gorostiaga; y la secretaria de Estado de Empleo, Mari Luz Rodríguez. Todos ellos, después, a la reunión. Y allí siguieron Blanco y Gómez en asientos contiguos. Tal vez pudieron hacerse alguna confidencia pendiente.

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