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El 'topo' que vendió a un millar de espías

El responsable del CNI informará al Congreso de fallos de seguridad entre 2001 y 2004

 

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El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) cree que el ex agente Roberto Flórez García pudo vender a Rusia los nombres de hasta mil agentes de los servicios secretos españoles, según fuentes del Gobierno.

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El jueves a las 10 horas el responsable del centro, Alberto Saiz, informará en el Congreso a puerta cerrada a los portavoces de los grupos parlamentarios sobre el caso que estalló este verano cuando el ex agente fue encarcelado en Tenerife.

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Como se recordará, el pasado 23 de julio el responsable del CNI compareció en una insólita rueda de prensa en la que denunció el caso y reveló que el detenido había vendido información sobre el centro a otro país, sin citarlo expresamente. El ex agente podría haber recibido más de 200.000 euros por los documentos secretos vendidos.

Cambios en la estructura

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Inicialmente, el caso fue instruido por un juzgado de Tenerife que, finalmente, se inhibió en favor de un juez de Madrid,  ciudad en la que se encuentra la sede del CNI.

La investigación interna del centro descubrió que la información sensible vendida a Rusia era la identidad de hasta un millar de agentes y que se había producido un agujero notable de seguridad.

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El agujero de seguridad, que se produjo entre 2001 y 2004, consistía básicamente en que un agente como Flórez, sin relevancia especial en el CNI, pudiera tener acceso a toda esa información tan sensible.

Los actuales responsables del CNI se sorprendieron de que no existiera una estructura de seguridad que compartimentara la información, para evitar que un sólo agente manejara tantos datos y pudiera ser comprado por otro país.

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Según fuentes del Gobierno, Alberto Saiz tiene previsto informar de esas deficiencias de seguridad y de cómo fue preciso reconstruir la estructura del centro. La base fue, precisamente, la creación de células herméticas, que limiten los efectos de una fuga de información de este tipo.
Según un responsbale del Gobierno, en el antecedente de Perote era lógico que manejara mucha información sensible por el cargo  relevante que ocupó, pero en el caso de Flórez su lugar en la estructura del CNI era infinitamente más bajo.

La investigación interna concluye que la venta del listado de los agentes hizo necesario cambiar de destino a muchos de ellos y establecer medidas de seguridad complementarias.

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Esos fallos de seguridad se produjeron entre 2001 y 2004, los años durante los cuales el ex agente vendió información a Rusia.

Agente sustituidos

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Fuentes del Gobierno aseguran que la investigación interna no ha detectado que Flórez facilitara información sobre la lucha antiterrorista, a pesar de que antes estuvo destinado en el cuartel de Intxaurrondo.

Tampoco tiene constancia el Ejecutivo de que como consecuencia de los datos vendidos por Flórez se hubiera producido incidente o fallecimiento de algún agente, más allá del entorpecimiento de operciones concretas que eran conocidas previamente por los servicios secretos rusos.

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Según dichas fuentes, el centro sustituyó a los agentes españoles que operaban en Rusia y logró que los responsables de los servicios secretos de ese país que compraron la información a Flórez salieran de España.

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