Cargando...

Trinitario Casanova, un empresario hecho a sí mismo siempre en controversia

El comprador del edificio España, que apoya al medioambiente y la infancia, fue condenado hace un mes escaso por un delito contra el mercado y los consumidores y en la década pasada estuvo implicado en el "Caso Zerrichera", de corrupción urbanística.

Publicidad

Fotografía de archivo de Trinitario Casanova dueño del grupo inversor Baraka, quien ultima la compra del Edificio España/EFE

Actualizado:

MURCIA.- Trinitario Casanova, el empresario que podría poner fin, con su compra, al culebrón del madrileño edificio España, es un hombre hecho a sí mismo en el mundo de los negocios y conocido por sus controvertidas operaciones inmobiliarias en plena crisis del ladrillo.

Publicidad

Trinitario Casanova y su holding empresarial tienen su sede principal en el edificio "Hispania", uno de los mejores del centro de Murcia, la ciudad desde la que dirige también la actividad de la fundación bautizada con su nombre y que creó hace dos años para dar cobertura económica a actividades medioambientales, culturales y, sobre todo, de apoyo a la infancia maltratada.

Click to enlarge
A fallback.

Estuvo implicado en el caso "Zerrichera" de presunta corrupción urbanística al querer construir miles de viviendas y hoteles de lujo

En su entorno guardan hermetismo sobre la figura de este empresario, siempre rodeado de polémica y condenado hace un mes escaso por un delito contra el mercado y los consumidores, tras difundir falsos rumores de una opa en el Banco Popular para aumentar el precio de las acciones en 2008.

Publicidad

No es ni mucho menos la única experiencia de Casanova en los juzgados. Durante toda la década pasada se instruyó en Murcia el llamado "Caso Zerrichera" de presunta corrupción en la urbanización de unos terrenos protegidos en el municipio de Águilas para construir miles de viviendas, hoteles de lujo y un campo de golf, que no llegaron a levantarse por la intervención de un juez.

Tiene una fundación a su nombre que ayuda económicamente al medioambiente, la cultura y a la infancia maltratada

Publicidad

Se sabe de él que agasaja a sus clientes, o al menos lo hacía hace una década, con caros regalos como joyas y relojes de oro -gastó 305.000 euros entre 2005 y 2006; y también que guarda confidencialidad acerca de las personas con las que mantiene relaciones porque quienes viajaban con él en los aviones de su propiedad no aparecieron nunca en las listas de pasajeros.

Publicidad