Este artículo se publicó hace 13 años.
El trofeo de Gadafi
La hipocresía de la UE brilla en la operación libia
He aquí un hecho curioso. Cuando José Luis Rodríguez Zapatero explica "el contexto histórico concreto" de la autorización del uso de la fuerza en Libia por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, señala: "La valentía y el espíritu cívicos demostrados por el pueblo de Túnez, primero, por el de Egipto, después, han sido una demostración palpable de que el progreso y la libertad son también causas del mundo árabe y que se pueden hacer valer pacíficamente".
¿Dónde está la curiosidad? En el mapa que traza Zapatero sobre la "primavera árabe". Un mapa del cual ha borrado las protestas y las correspondientes represiones asesinas en otros tres países: Yemen, Bahrein y Arabia Saudí. Estados Unidos y la Unión Europea, así como España, respaldaban a los dictadores de Túnez y Egipto hasta que ya no les fue posible hacerlo por la desafiante movilización popular. Y ahora mismo están sosteniendo, hasta que la realidad lo permita, las dictaduras de Yemen, Bahrein y Arabia Saudí.
Hechos no tan casuales¿Y a qué viene esto? A varios hechos que pueden parecer casuales pero que son la antesala de la decisión de la ONU de autorizar los bombardeos en Libia. Fijaos en este detalle: el martes 15 de marzo, dos días antes de la reunión del Consejo de Seguridad, 1.500 soldados de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos llegan a Bahrein para reprimir las movilizaciones y defender al príncipe coronado. El viernes 18, mientras se está preparando la renovada dosis de "conmoción y pavor" sobre Libia, incluido el ataque a la residencia del dictador Muamar Gadafi, tiene lugar la masacre de Yemen, con más de 50 civiles muertos y 200 heridos.
En otras palabras, la carrera hacia la intervención "humanitaria" en Libia, en la que tienen participación directa de Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, ha sido acompañada de un considerable endurecimiento de la represión en la región.
¡Aquellos que pretenden derrocar e impulsan ataques aéreos para "decapitar" en sentido literal a la dictadura de Gadafi son los que gobiernan por la fuerza en sus respectivos países! Estos gobiernos tienen el apoyo de nuestros "guerreros humanitarios". ¿Por qué? Porque como francamente ha explicado Tony Blair, estas autocracias están a favor de las "reformas", y estas son preferibles a una revolución que apunta a cargarse a gobiernos por ser "demasiado" prooccidentales.
Zapatero ha subrayado que la ONU está aplicando el "principio de la responsabilidad de proteger". Aquel que se consagró tras el genocidio de Ruanda. Bien. Pero ese principio se adoptó en la Asamblea General en 2005. Y a finales de 2008, el Gobierno israelí ordenó bombardear Gaza. ¿Y el "principio de responsabilidad de proteger" ante la muerte de casi 1.500 civiles cuando el Estado no cumple con él?
Esta selectividad "humanitaria" es sospechosa. Aquí, a partir de la elección de los objetivos a bombardear ya no cabe ninguna duda. Dice Zapatero: "La resolución no pretendía ni pretende la expulsión de Gadafi del Gobierno de Libia". Quizá lo que quiere decir es que en realidad se trata de cargarse a Gadafi. Eso es: nuestros líderes quieren recuperar la iniciativa occidental para controlar una "primavera" que ha sepultado la "guerra contra el terror" con un trofeo de caza mayor: la cabeza del examigo y dictador de Trípoli. Es una apuesta, dicen, de días, cuando Gadafi pasaba por allí.
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