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‘El Vaca’ no dice ni mu

El juez envía a un centro de internamiento al joven de 17 años acusado del crimen de Arriate

ÓSCAR LÓPEZ-FONSECA

Ni confirma las acusaciones, ni las desmiente. 'El Vaca', el joven de 17 años detenido ayer jueves como presunto autor de la muerte a golpes de María Esther Jiménez Villegas, de 13 años, en Arriate (Málaga), se ha negado a declarar ante la Guardia Civil en las 24 horas que han seguido a su arresto, según confirmaron a Público.es fuentes conocedoras de la investigación. 'El Vaca' sí había hablado durante los interrogatorios previos a su detención, cuando era simplemente un sospechoso. Entonces, el joven se escudó en la coartada de que cuando se produjo el crimen, en la noche del 19 de enero, él se encontraba en su casa viendo la televisión. Ahora, sin embargo, calla. A primera hora de la tarde, el juez de menores ordenó su internamiento en un centro de menores.

Su negativa a reconocer por el momento su supuesta participación en los hechos no preocupa, sin embargo, a los investigadores, convencidos de que las pruebas recabadas contra 'El Vaca' son contundentes. Sobre todo una: la presencia de células epiteliales suyas en la piedra con la que se asesinó a la niña. El laboratorio de criminalística del Instituto armado confirmó que aquellos pequeños restos de piel que aparecieron en dicho objeto junto a la sangre de la víctima correspondían sin ningún género de dudas al joven.

El ADN también ha adjudicado al joven otros dos restos biológicos encontrados en el lugar del crimen, en concreto en la capucha del jersey que vestía la joven y con la que el asesino le cubrió el rostro tan matarla, y en la manija que abría la puerta de la caseta de la depuradora donde se produjo el crimen. No obstante, las fuentes consultadas recalcan que ambos rastros son simples indicios, ya que sólo confirman que él ha estado en algún momento en aquel lugar y que tuvo un contacto con la víctima, pero no necesariamente cuando se produjo el crimen.

El jueves los agentes registraron tanto el domicilio de la familia de 'El Vaca' como una casa a las afueras de la localidad propiedad de sus abuelos. Buscaban en ellos otras pruebas y, sobre todo, prendas manchadas con restos de sangre. El resultado, según insistían a este diario, había sido negativo hasta ahora.

Lo que las pesquisas aún no han podido aclarar es cuál es el verdadero motivo de la agresión. Los investigadores están convencidos que María Esther acudió por su propia voluntad a la caseta donde fue asesinada porque allí había quedado su agresor. Qué pasó dentro sigue siendo un misterio, aunque las fuentes no descartan que 'El Vaca', que está recibiendo tratamiento farmacológico por unos supuestos problemas psicológicos que sufre, se sintiera rechazado por la niña y la agrediera brutalmente con lo primero que encontró en la caseta, la piedra donde han aparecido la prueba que le incrimina.

Estas mismas fuentes destacan que entre la niña y su presunto agresor no existía una relación de amistad. 'Se conocían y, a veces, la pandilla de él la tomaba el pelo, pero no se puede decir que fueran amigos', añaden.

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