'Que nadie se apunte a quienes no quieren que nadie los apunte en su lista'. Con esta frase pidió ayer el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que ningún partido político se apropie del movimiento de los indignados.

El secretario general del PSOE extremeño, durante un encuentro con los periodistas que hacen el seguimiento de la campaña socialista, expresó un sentimiento de 'perplejidad' ante lo que está sucediendo, 'no por ellos (los indignados), sino por las reacciones que está habiendo'. Estas, según dijo, le hacen recordar las que se producen en las noches electorales en las sedes de los partidos, 'cuando todos hemos ganado'.

Fernández Vara juzgó 'natural y lógico que en momentos de dificultad la gente se queje'. Y agregó: 'Si de lo que se oye se pone de manifiesto que lo que reclaman va en línea de lo que la izquierda reclama, la izquierda tiene que escuchar a la izquierda'. Lo que reclaman, en su opinión, es que los políticos son elegidos 'para cambiar las cosas' y deben actuar en consecuencia. Pero también recordó que en los países democráticos 'votar es la mejor forma de participar' y en muchas partes del mundo, como los países árabes, se está luchando por conquistar ese derecho.

El dirigente extremeño, que fue uno de los que más se significó para que José Luis Rodríguez Zapatero anunciara antes de los comicios municipales y autonómicos su decisión sobre la candidatura socialista para 2012, opinó que el anuncio de la retirada del presidente ha tenido un efecto positivo para el PSOE. 'No he oído hablar a nadie en esta campaña sobre si Zapatero debe continuar o no. Si no lo hubiera dicho, hubieran sido unas primarias, claramente', opinó.

No obstante, Fernández Vara rechazó con rotundidad esconderse detrás de Zapatero y no eludió la autocrítica. 'Yo me presenté ofreciendo empleo y tengo que decir a los ciudadanos que no he podido cumplirlo. Alguna responsabilidad tendré', reconoció.

Destacó también que la crisis ha traído el mayor desprestigio para el Estado de las Autonomías por la actitud de muchos sus máximos responsables. 'Lo más anti Autonomías que ha habido en estos 30 años es que los de las Autonomías hemos dicho que las Autonomías no sirven para nada', afirmó en una crítica dirigida sobre todo a los presidentes autonómicos del PP.

Así, distinguió que allí donde gobierna el PSOE 'la culpa (de la crisis) es del alcalde, del presidente de la Comunidad y de Zapatero'; pero donde gobierna el PP, 'la culpa es sólo de Zapatero'. Y, si se acepta este último juicio, entonces habría que concluir que el único nivel útil de Administración es el Gobierno de España y que todos los demás son superfluos.