Este artículo se publicó hace 16 años.
Víctimas del 11-M: vidas en reconstrucción
Barrios como el de Santa Eugenia sufrieron el horror terrorista en 2004. Pilar Manjón hace balance de los cuatro años transcurridos
Ésta es la España que nunca quiso estar aquí, en esta página de periódico, en ninguna de las demás, en aquellos malditos trenes de aquella mañana odiosa en la que España entera explotó en Madrid.
Después les llegó, a las víctimas, su conversión en protagonistas de la legislatura que ahora termina. "Nunca debimos ir al Parlamento", me dice desde el otro lado del teléfono Pilar Manjón, la presidenta de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, esa voz. "Aquello nos puso en el disparadero". Hablan las víctimas. Ésta es una de las Españas con las que se encontrará el próximo presidente del Gobierno. Y lo que sigue es uno de sus retratos posibles e imperfectos.
Mañana de sábado en el barrio de Santa Eugenia. Fue ayer. Un día normal. Santa Eugenia es uno de esos barrios de los años ochenta, de edificios altos y zonas verdes. Un lugar tranquilo, salvo aquella mañana de marzo. El de ayer era un día soleado. La gente por la calle, niños jugando, las bolsas del súper. Inevitable la visita a la estación del tren. Allí estalló una de las bombas que masacraron a España. Allí, en Santa Eugenia, en esa pequeña estación del Cercanías. La estación es otro solar de Babel: la nueva España llamada a entenderse en mil culturas. Hay una placa a un lado de la estación que fue puesta un mes después de los atentados. Está también el monumento que fue inaugurado el año pasado. La memoria, siempre la memoria. Pilar Manjón recuerda que al principio todo fue tragedia y caos.
Cuenta que "la asociación -de víctimas- surge muy temprano. Yo aún no estaba, ni se me esperaba. Pero el barrio de Santa Eugenia fue muy masacrado, y la gente comenzó a bajar a la asociación de vecinos para preguntar qué se hacía, para buscar orientación. Y como la Asociación de Víctimas del Terrorismo dio la callada por respuesta, se constituyó esta asociación muy al principio, porque había que cubrir a las víctimas en todo".
Lo que después sucedió ya es sabido. Y es política,claro. Pero más importantes son las vidas.
"Claro que hubo buenos momentos en estos años", me responde la presidenta de la Asociación 11-M.
Impresiona escucharla, todavía hoy. Y más cuando habla de los buenos momentos, de los "momentos muy dulces" que "ha habido": "Tenemos a nuestra Mónica, por ejemplo -se refiere a una de las víctimas- que ha tenido dos bebitos preciosos, y a Raquel, que ya está operada, le pusieron una prótesis, quizás no tan bonita como otras que se ponen en el extranjero, pero pudo caminar, casarse. Y Ciríaco, que aunque no oye y todos los días nos cuenta cómo vio a los hermanos Akcha cuando dejaban las bombas en la estación y saltaban al andén, ya ha vuelto a sonreír".
Y es que, admite Pilar Manjón, más allá del trabajo que las víctimas realizan desde la asociación para conseguir que a los victimarios les caiga hasta el último minuto de condena, "hasta el último día y la última hora que prevé nuestra legislación", más allá de todo eso,el colectivo es uno de los pilares desde los que se forja el camino de la nueva vida para mucha gente. Dice Pilar Manjón que ese camino que nunca quisieron pisar, "más que de la mano", lo hacen "abrazados". Como aquel 15 de febrero en el que comenzó el juicio. "Nos mirábamos".
También dice: "Pudimos sonreír". Y además: "Aunque nos temblaban las piernas, porque eran los asesinos. Era una sensación agridulce, como todas las que tendremos en el resto de nuestras vidas".
Las calles del barrio de Santa Eugenia están llenas de niños en esta mañana de sábado. Asegura la que quizás sea la más famosa vecina del barrio, Pilar Manjón, que ellos fueron importantísimos para la recuperación. "Tienen una capacidad importantísima de supervivencia, te devuelven la alegría". También dice, Pilar Manjón, que todavía quedan muchos flancos abiertos. Y que las víctimas van a seguir trabajando. Es de justicia.
"No volváis a pisotearnos"Pones delante de Pilar Manjón el futuro político inmediato de España y le propones que exponga lo que necesitan las víctimas.
Y ésta es su respuesta: “Al próximo presidente de Gobierno le pediría un fiscalía específica de terrorismo islamista. No puede ser que para ver cada tema haya que hablar con un fiscal diferente que además de llevar ese caso tiene uno por narcotráfico y un desfalco, y tiene que aprender una cantidad de cosas sobre terrorismo islamista, que son las que yo tuve que aprender a la fuerza... Es necesario que haya una unidad especializada de la Fiscalía”.
Y dice más: “Para todos los partidos políticos tenemos una petición: dejadnos en paz si no os acercáis a nosotros para empatizar con nuestro dolor, dejadnos en paz, por favor, no volváis a pisotearnos, no lo hagáis nunca más”. Palabra de víctima.
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