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"¡Viví sin vino hasta llegar a España!"

Noah Gordon presenta ‘La bodega', novela ambientada en la Catalunya de finales del XIX.

 

TONI POLO

'Desde muy pequeño quise ser escritor y periodista', comenta Noah Gordon en el hall de un lujoso hotel de Barcelona. La elegancia, el porte y la inquietud de este literato estadounidense demuestran que ha triunfado en la vida: a sus 81 años, aguanta el tipo en la presentación internacional de su último libro, La bodega, y hasta se preocupa por la concurrencia: 'Me alegro de que hayan superado los problemas de Cercanías y estén aquí puntuales...', bromea.


La novela está ambientada, fundamentalmente, en la Catalunya de finales del siglo XIX y con el mundo del vino casi como hilo conductor. No ha escogido el escenario ni la temática de la novela por casualidad: 'Quería que mi protagonista viajara del sur de Francia a España. Por eso el mejor marco era Catalunya', explica.


Algo habrá tenido que ver su vínculo familiar con la zona (su hijo está casado con una mujer catalana), pero, sobre todo, Gordon descubrió en Catalunya los placeres del vino. '¡Había vivido sin vino hasta que empecé a visitar España!', explica. Y eso fue hacia 1990. 'Comencé a amar el vino español, a visitar bodegas. Y el vino se convirtió casi en una obsesión'. Es indudable que Gordon ha aprendido de caldos, pero de ahí a considerarse un experto hay un trecho: '¡Buf! Cuanto más sé, más soy consciente de todo lo que me queda por saber, todo lo que ignoro'.


Pero de esa afición nació un tal Josep Álvarez, el protagonista de La bodega. 'Puede decirse que es fruto de mi imaginación, por supuesto, pero también de las pequeñas anécdotas que me han explicado bodegueros y pequeños viticultores españoles y de mi país'.


Josep es entrañable, un segundogénito que tiene que espabilarse para salir adelante. Y lo consigue. ¿El sueño americano trasladado a la Catalunya de la crisis de la filoxera? 'No, eso del sueño americano es una idea preconcebida. El de Josep es el sueño de muchos jóvenes de todo el mundo', dice Gordon.


Periodista y escritor


La documentación, como en toda novela histórica, es fundamental en la obra de Noah Gordon. 'Mi bagaje de periodista me permite disfrutar investigando', reconoce. 'Es una dura tarea, pero muy bien recompensada'. Ahora, con Internet, todo le resulta más fácil: 'En 20 minutos hago lo que antes me llevaba semanas. Es increíble, aunque ya fue un gran paso escribir en ordenador...'


Sin embargo, huye de las moralinas: 'No pretendo abogar por ninguna opción política ni sermonear a nadie', aclara. No lo ha hecho a lo largo de su obra y, a pesar de que ha tardado ocho años en volver a publicar tras el éxito de El último judío, en eso no ha cambiado. Ocho años... 'Mis colegas se han ido jubilando', cuenta.


'Tras el último libro, empecé a escribir sólo cuando me apetecía, pero me di cuenta de que necesitaba un horario o no acabaría nunca. Escribir es para mí una enfermedad, ¡no puedo dejar de hacerlo!'. Por eso, Noah Gordon cree que ésta ha sido su última novela, que no su última obra. Reconoce que tiene que dosificarse: 'Sería un tonto si creyera que puedo novelar todas las ideas que tengo. Así que mi próximo proyecto será un libro de relatos, un género que es un reto para mí'.


Su nueva aventura, después de publicar los cuentos que les explicaba a sus nietos, le permitirá seguir emocionándose con sus personajes. 'Algunos me han hecho llorar, o reír...', dice, admitiendo que sí, que se identifica con rasgos (positivos o negativos) de sus creaciones.D

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