Este artículo se publicó hace 17 años.
Zapatero elude debatir con Rajoy sobre los símbolos
El líder del PP le reprocha la respuesta a Ibarretxe que alabó el día antes.
Mariano Rajoy mantiene en el centro de su estrategia política los símbolos nacionales y, por eso, los llevó ayer al Pleno del Congreso de los Diputados, para interpelar al presidente del Gobierno, pero José Luis Rodríguez Zapatero le respondió que no quiere debatir sobre ese asunto.
El jefe del Ejecutivo adoptó ayer la táctica de intentar expulsar de la agenda política los símbolos por la vía de no entrar al trapo que le ponga Rajoy, en coherencia con su tesis de que la sociedad no percibe como un problema el uso de las banderas, los ataques minoritarios al rey o las tensiones independentistas. Dos no discuten si uno no quiere y el debate no existe si una de las dos partes lo ignora, debió pensar.
Tono agrio
El riesgo será que el PP consiga su propósito por incomparecencia del rival, imponiendo la imagen de que el Gobierno no respeta ni al rey ni a la bandera. Para lograrlo, el líder del PP recuperó ayer en el Congreso el tono de dureza, tras la tregua que concedió el día anterior cuando alabó la respuesta de Zapatero a Ibarretxe, pero el presidente del Gobierno eludió el cuerpo a cuerpo.
Endureció tanto su discurso como que el día antes el presidente del PP dijo que Zapatero respondió a Ibarretxe como él lo habría hecho y ayer, en cambio, le reprochó que "no basta con decirles que cumplan la ley, hay que recordarles que lo que es España lo deciden todos y cada uno de los españoles, no una parte de ellos, ni unos u otros dirigentes políticos, porque eso es la soberanía nacional".
Pero el presidente del Gobierno hizo como que no oía la referencia implícita a Ibarretxe. "No voy a discutir con usted sobre cuestiones que unen a todos los españoles, la Constitución, la bandera, la democracia, la monarquía y la libertad que conseguimos todos juntos en el año 1977 en la Transición democrática", le dijo Zapatero a Rajoy. O sea, que no hay problema si no se discute sobre él.
Zapatero considera que no debe dar pábulo a la imagen de inestabilidad que pretende dar el PP mezclando el plan de Ibarretxe, la ausencia de banderas en los mástiles de los edificios oficiales, los efectos de la Ley de Memoria y los actos de quema de retratos del rey, entre otros hechos.
El panorama negro que pintó ayer el líder del PP incluye que "en España se discuta de todo"; que Zapatero hiciera de la palabra nación un "concepto discutido y discutible"; que la bandera "que representa nuestra Constitución y nuestra democracia" no ondee en todas las instituciones; que "se negocie políticamente con los terroristas"; que "a los dirigentes que quieren romper la soberanía nacional se les da trato preferente" y que "se hurgue en el pasado y se abran heridas superadas" con la Ley de Memoria Histórica.
"Por acción o por omisión usted ha creado mucho malestar, muchas dudas, muchas incertidumbres y demasiada división porque ha jugado con lo esencial", aseguró Rajoy para completar el cuadro del supuesto caos que pintó. Para enmarcar la pintura acusó al presidente del Gobierno de actuar con "irresponsabilidad y frivolidad".
Debates inútiles
Zapatero le respondió tratando de invertir la acusación e intentando que se vuelva contra el PP por azuzar debates artificiales: "En esta Cámara se discute de cosas que nunca se habían discutido, pero quien se ha convertido en agente de esa discusión es usted, porque durante 25 años ningún líder de la oposición discutió, confrontó, preguntó e interpeló al Gobierno sobre la política antiterrorista ni planteó temas relativos a los símbolos que nos unen a todos, como es la bandera y ningún líder de la oposición intentó como usted establecer una confrontación sobre el sentimiento que todos compartimos de pertenencia a un país, España".
Los ‘diez minutos de odio' de cada miércoles se completaron con una pregunta de Eduardo Zaplana a la vicepresidenta primera que concluyó con una sentencia: "ustedes no pueden enderezar la situación que vive España". Y la respuesta de María Teresa Fernández de la Vega: "Ustedes dejaron el depósito de la convivencia completamente agotado y son los representantes del catastrofismo y la confrontación".
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