Este artículo se publicó hace 17 años.
Zapatero insta a acelerar el pago de ayudas a jóvenes y mayores
El presidente se presenta como el baluarte de “la España tranquila y de la convivencia”
Gonzalo López Alba
El extremeño Guillermo Fernández Vara, el segundo presidente autonómico mejor valorado, aterrizó en medio de la “campaña del 12 de octubre” procedente de Bruselas, a tiempo para comprobar que, pese a la ofensiva del PP, sus paisanos se iban tranquilamente de puente. El sucesor de Juan Carlos Rodríguez Ibarra narró ayer esta vivencia ante sus compañeros del Consejo Territorial del PSOE para concluir que, ante las próximas elecciones, “de lo que tenemos que ocuparnos es de los problemas reales de la gente y hacer el discurso del día a día, no el de las banderas”.
Aunque la narración corresponda a Vara, ese fue el criterio común de todos los dirigentes territoriales del PSOE, que se reunieron en Toledo para analizar con José Luis Rodríguez Zapatero el escenario preelectoral, que marcó la reunión.
Foto y eslogan de precampaña
De hecho, podría decirse que la foto de Zapatero arropado por todo el poder territorial del PSOE –el hueco de Ibarra, que se fue de pesca antes de terminar, lo ocupó José Bono– fue el primer cartel de la campaña.
Con el eco aún vivo de la guerra de los símbolos desatada por el PP, Zapatero buscó el contraste identificando al PSOE con “la España serena”, además de ser –según dijo en una declaración sin opción a preguntas– “el fiel baluarte de los valores constitucionales y del avance democrático”, así como “la garantía del equilibrio y la convivencia”.Esa “España serena”, convertida ya en su eslogan de precampaña, es –según apostilló– la que sabe primar “lo que nos une en vez de lo que nos puede separar” y, gracias a ello, “la España del éxito”. Gran parte del mérito lo atribuyó al Estado de las Autonomías, que, según destacó, ha permitido reducir las diferencias de desarrollo entre las regiones.Si autocomplaciente se mostró ante los medios de comunicación, la confianza ante las elecciones que exhibió a puerta cerrada no dejó de sorprender a sus correligionarios, que volvieron a asombrarse de su “pasmosa tranquilidad”.
En su análisis del escenario electoral, se mostró confiado en que el Gobierno tiene un balance muy positivo a rentabilizar en la campaña. Destacó que el PSOE tiene una “excelente posición” ante el electorado más joven y debe hacer un esfuerzo ante el de mayor edad. Por ello, instó a los presidentes autonómicos a que tengan como prioridad acelerar el pago “inmediato” de las ayudas previstas en la ley de la dependencia y en los planes para el acceso de los jóvenes a la vivienda.Ante la estrategia del PP, indicó que hay de “responder” a sus ataques, pero sin dejarse arrastrar a su terreno, ya que su radicalización favorece el acercamiento al PSOE del electorado más templado. A su juicio, el PP busca provocar una situación de hastío político que fomente la abstención.
Ibarra pone el acento crítico
Sólo Ibarra se atrevió a poner un acento crítico. El todavía secretario general del PSOE extremeño apuntó que habría que meditar por qué se fueron de vacaciones con una clara ventaja política y de vuelta parece haberse esfumado. También llamó la atención sobre “la percepción social” de que los nacionalistas están sacando más tajada presupuestaria de la que correspondería a sus comunidades.Zapatero contestó pidiendo que no se incurra en el discurso del agravio comparativo con Catalunya, no sólo porque sería un error político sino porque, según sostuvo, los datos lo desmienten.
Así lo corroboró con cifras la vicepresidenta De la Vega, quien indicó que durante la última década ha sido la comunidad con menor inversión pública, mientras que la mayor ha ido a parar a regiones menos desarrolladas, como Extremadura o Andalucía, gracias a lo que se ha recortado el diferencial de desarrollo. Sin llegar al tono crítico que algunos apreciaron en las palabras de Ibarra, hubo también quien puso sobre la mesa su inquietud electoral por “dificultades” objetivas, en concreto el nuevo plan Ibarretxe, la vuelta al terrorismo de ETA o la previsión de menor crecimiento económico.
Ibarretxe y ETA
El presidente descartó la recesión. Ante su cita del martes con Ibarretxe, reiteró que “no hay nada que negociar”, aunque no por ello incurrirá en “reacciones destempladas”. En cuanto al terrorismo, dijo que, si se mide por la actividad de ETA, esta legislatura ha sido la mejor de la historia, y agregó que, aunque puede volver a matar en cualquier momento, hoy los terroristas están más controlados.
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