Este artículo se publicó hace 14 años.
'Zapaterología'
El 'rebote' del presidente por las habladurías autoaborta momentáneamente el cambio de gabinete
El rebote que se ha cogido el presidente frena el cambio de Gobierno. Cuando Zapatero ya se había rendido, tras pensárselo mucho, a la necesidad de formar un nuevo gabinete, al ver tal gasto de energía del partido y algunos miembros del equipo en quinielas y especulaciones ha decidido dar marcha atrás, al menos de momento, quizá hasta después de las elecciones autonómicas catalanas", dice una persona bien informada que tiene experiencia suficiente para ingresar en el club de los zapaterólogos.
Con todo, la proyectada remodelación gubernamental parecía concebida como el colofón del plan de ajuste fiscal, a saber, adelgazar las carteras ministeriales mediante un reagrupamiento de departamentos (y el despido de algunos ministros) con el fundamento de la austeridad. Por tanto, el sentido temporal de la oportunidad todavía puede extenderse hasta el 31 de julio.
La opotunidad de una crisis de Gobierno llega hasta el 31 de julio
La idea del adelgazamiento coincidía con el final del semestre de la Presidencia española en la Unión Europea, una fecha que Zapatero señaló, tras formar en abril de 2008 el primer gabinete de la segunda legislatura, como su fecha de caducidad. El final de la Presidencia española, el 30 de junio de 2010, era, por otra parte, la fecha pactada por Pedro Solbes con Zapatero para su segundo mandato como ministro de Economía y Hacienda.
Cuando no lo esperaba
Pero la provocación cándida de Solbes al expresar su envidia por la condición de ex ministro de Mariano Fernández Bermejo colmó la paciencia del presidente y le llevó a despedir a Solbes cuando este menos se lo esperaba, ni deseaba, obligando a Zapatero a formar el Gobierno actual.
No habrá votación en el TC a partir de la propuesta completa de Casas
Pero el 31 de julio sigue siendo una fecha atractiva. El programa del Gobierno socialista ha sido algo así como "lo que el viento se llevó". Ha caído como las fichas de un dominó a merced de los mercados. El ajuste fiscal ya está en marcha, el decreto de reconversión laboral comienza a tramitarse como proyecto de ley y la reforma de las pensiones, ya comprometida en firme por el Gobierno con Bruselas, se apresta a llegar a la Comisión del Pacto de Toledo, mientras se ha puesto en marcha el otro gran giro, el llamado pacto de la energía entre el PSOE y el PP, cuyo primer gesto simbólico, el comienzo de una hermosa amistad en el terreno energético, incluyendo el tabú nuclear, ha sido la suspensión, tras su recentísima defensa por parte de Zapatero en las Cortes, del aumento del precio de la luz el 1 de julio.
Hoy, por otra parte, la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas, acomete la fase definitiva, iniciada la semana pasada, de la aprobación de la sentencia del Estatut catalán. Los magistrados ya acordaron, la semana pasada, el orden de la votación.
No habrá, según fuentes fidedignas, una votación sobre el proyecto completo de María Emilia Casas como tal porque sabido es que no tiene los seis votos (junto con el de calidad de la presidenta) necesarios para su aprobación. No ha habido ninguna negociación de la máxima responsable del tribunal para atraerse el voto del magistrado Manuel Aragón.
Zapatero querría que las elecciones catalanas fuesen en octubre
La presidenta, pues, someterá primero los 13 artículos que su proyecto de sentencia considera inconstitucionales y, a continuación, se examinarán los 24 artículos propuestos como "interpretación de conformidad". Una vez abordados estos dos grandes capítulos, la presidenta someterá a votación los demás bloques pendientes, precisándose qué temas estarán dentro de los fundamentos jurídicos y serán retomados en el fallo propiamente dicho. La mayoría se decantará a favor de que el fallo reafirme el concepto de España como nación castrando de toda ambigüedad la descripción de nación catalana contenida hecha por el Parlament de Catalunya.
Echada la suerte del Estatut, la fecha de las elecciones autonómicas pasará a ser objeto de deseo. Zapatero querría que se anticiparan al mes de octubre, mientras que la fecha considerada hasta el momento era finales de noviembre. Por una razón: al discurrir en paralelo la negociación de los Presupuestos Generales para 2011 y la campaña de las catalanas, Convergencia i Uniò se verá tentada a hacer una rabiosa oposición al Gobierno, con un nulo margen para su tendencia natural al lobby.
Si José Luis Rodríguez Zapatero decidiese aplazar el cambio de gabinete, ahora frenado, hasta el próximo otoño, algunos zapaterólogos estiman que quizá se viese tentado a esperar el resultado de las autonómicas y formar nuevo Gobierno en Navidades para reincorporar a José Montilla, caso de perder, al nuevo gabinete.
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