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Así son los 'diabólicos guetos' y los 'nidos salafistas' de inmigrantes de las ciudades suecas

Un angolano y un afgano, en un centro de acogida sueco para refugiados./Ferran Barber

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Un angolano y un afgano, en un centro de acogida sueco para refugiados./Ferran Barber

Inmigrantes del Este 'saludan' a la policía a las puertas de un establecimiento oficial de venta de bebidas alcohólicas./Ferran Barber

Dos jóvenes suecos de origen kurdo pasean por un barrio de la periferia de Umea, en el barrio de Erzboda./Ferran Barber

Inmigrante somalí en el barrio de Husby, una de esas supuestas 'no-go' zones descritas por la Extrema Derecha en términos apolalípticos. Según la 'Alt-right', ni la policía puede entrar en estas áreas de los aledaños de Estocolmo./Ferran Barber

Una lugareña sueca amenaza a gritos a dos extranjeros y les invita a alejarse del camino, tras asumir que su fenotipo 'no escandinavo' es sinónimo de peligrosidad. Ésta fue una de las pocas verdaderas 'no-go zones' que el equipo de periodistas halló durante su investigación./Ferran Barber

Activistas samis durante un congreso celebrado en el norte del país./Ferran Barber

Artista sueca de origen magrebí./Ferran Barber

Interior de una mezquita sueca./Ferran Barber

Inmigrantes andaluces en la ciudad sueca de Umea./Ferran Barber

Un mulá musulmán hace gala de la tradicional hospitalidad árabe e invita a los reporteros a visitar una mezquita situada en un garaje semioculto de Umea./Ferran Barber

Adolescentes de origen magrebí en la 'no-go zone' de Rinkeby./Ferran Barber

Fieles musulmanes rezan en una mezquita de la ciudad de Umea, en el norte del país./Ferran Barber

Sueco de origen armenio, en el barrio de Alidhem, en Umea./Ferran Barber

Guardias privados de seguridad identifican a un grupo de músicos gitanos de origen rumano, en el centro de Estocolmo./Ferran Barber

Varios miles de suecos se manifiestan por las calles de Umea, en contra del racismo y la xenofobia./Ferran Barber

Un sueco en el interior de un gimnasio. Los propietarios de estos establecimientos tienen la obligación de denunciar a los usuarios que ganen masa muscular en un breve periodo de tiempo, para que la policía compruebe si se han usado anabolizantes. Hechos como este llevaron a Julian Assange a referirse a Suecia como un estado 'cuasi-totalitario', al que denominó la 'Corea del norte europea'./Ferran Barber

Refugiada africana./Ferran Barber

Joven sami. Los nativos de Suecia son una de las minorías más marginadas del país, tal y como vienen denunciando de forma sistemática a través de diferentes organizaciones. Algunos de sus activistas han sido encarcelados por oponerse a las actividades mineras de las multinacionales en Laponia./Ferran Barber

Agentes de policía detienen en un control a un ciudadano extranjero para su identificación, sin que tercie una infracción o una causa justificada, más allá del perfil racial del foráneo./Ferran Barber

La policía entró en la casa de este inmigrante malagueño -Javier Gómez Torres- sin causa justificada, tal y como contó en su día Público en una crónica./Ferran Barber

Refugiados afganos sin papeles sobreviven por las calles de una remota ciudad lapona, permanentemente amenazados de expulsión por las autoridades./Ferran Barber

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