Este artículo se publicó hace 14 años.
41 muertos en Marruecos por el derrumbe de un minarete
El suceso se ha producido durante la oración del viernes, lo que ha aumentado las víctimas
El número de muertos por el derrumbe del minarete de la mezquita de Bab el Berdiyine, en la medina de Mequínez, asciende ya a 41, según señalaron fuentes médicas, y otras 17 personas siguen ingresados.
Las fuentes explicaron que 37 de los cadáveres han sido trasladados al depósito del hospital Mohamed V de Mequínez, y otro está en el hospital militar de la misma ciudad.
Las labores de rescate han sido interrumpidas para dar paso a las excavadoras, lo que los equipos de voluntarios presentes han interpretado como la señal de que ya no hay esperanzas de encontrar a más supervivientes. Apenas queda en pie la mitad del templo y cientos de personas se agolpan a la entrada de la zona acordonada por las fuerzas de seguridad con la esperanza de recibir alguna noticia sobre sus familiares.
En el barrio de Bab El Berdiyine, uno de los más antiguos de la medina, la desolación ha invadido la mayoría de los hogares, como señaló Jalil Buhid, quien explicó que, sólo en su calle, vivían 16 de las personas que han perdido la vida, entre ellos dos tíos suyos.
El suceso tuvo lugar nada más comenzar la oración del mediodía del viernes, la más importante para los musulmanes, cuando había varios centenares de personas en su interior, cuyo número algunos testigos presenciales elevan hasta 500. La caída del minarete derrumbó prácticamente la mitad de la mezquita, así como una carpintería y un negocio de ultramarinos situados junto al templo.
Hasta el momento se desconoce el motivo de la caída de la torre desde la que se llama a los fieles al rezo en esa mezquita, construida en el siglo XVIII, y que amenazaba ruina desde hace meses, según vecinos del barrio.
Mequínez ha sufrido en los últimos días un fuerte temporal de viento y lluvia
Mequínez ha sufrido en los últimos días un fuerte temporal de viento y lluvia que ha provocado más muertes en otros puntos del país, principalmente por el derrumbe de casas.
Varios testigos presenciales destacaron que el minarete de la mezquita se encontraba inclinado desde hace mucho tiempo, y que el templo necesitaba una profunda restauración que nunca fue llevada a cabo. Los escasos medios materiales dificultaron aún más la búsqueda, que se hizo de forma voluntariosa pero un tanto desorganizada, bajo la presencia de cientos de militares y miembros de las Fuerzas Auxiliares marroquíes que se desplegaron en los alrededores.
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