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Unos 90 líderes mundiales asistirán al funeral de Mandela

Tras el acto del martes, los restos mortales de Mandela yacerán en una capilla ardiente durante tres días en el Union Buildings, en Pretoria.

AGENCIAS

Casi 90 lideres de todo el mundo, algunos de ellos enemistados, acuden a Suráfrica para los actos de homenaje a Nelson Mandela, alabado como uno de los grandes pacificadores de la humanidad. Responsables oficiales dijeron el lunes que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el cubano Raúl Castro, el zimbabuense Robert Mugabe, el británico David Cameron y el español Mariano Rajoy, acompañado por el príncipe Felipe, se sumarán a la que será una de las mayores concentraciones de dignatarios mundiales en la historia reciente en el estadio Soccer City de Johannesburgo el martes.

'El mundo entero viene a Suráfrica', dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores, Clayson Monyela, restando importancia a las preocupaciones sobre la logística y la seguridad de organizar un gran acontecimiento con tan poco tiempo. Buena parte del plan logístico está basado en la celebración del Mundial de fútbol de 2010. Aunque Pretoria no quiso abordar las preparaciones para el funeral de Mandela antes de su muerte, ha estado pensando en los preparativos durante años. 'Obviamente no partimos de cero en cuanto a organización', dijo Monyela. 'Tenemos un sistema que entra en juego cuando tenemos acontecimientos de esta magnitud'.

Aparte de la seguridad, el funeral en el estadio de Soweto, con capacidad para 95.000 personas, presenta un campo minado para la diplomacia en el que se intentarán evitar encuentros en los lavabos como el de, por ejemplo, Mugabe y Tony Blair, el ex primer ministro británico al que denunció como 'niñato' y 'mentiroso'.

Los próximos a Madiba, el nombre de clan por el que era conocido Mandela, dicen que él habría querido apretones de manos, no enfrentamientos. 'Mañana, la gente debería honrar su relación con Madiba. Si eso significa estrechar la mano del enemigo, sí, me gustaría ver eso', dijo Zelda la Grange, su exayudante personal durante más de una década. 'Eso es lo que fue y es Nelson Mandela en realidad: unir a la gente pese a sus diferencias', añadió.

Es improbable que la diplomacia quite importancia a la efusión de emoción que se espera en las siete horas de ceremonia en el gigantesco estadio. Fue en él donde el premio Nobel de la Paz apareció en público por última vez, cuando saludó a los aficionados subido a un carrito de golf antes de la final del Mundial que España ganó a Holanda. Fue allí también donde, 20 años antes, se dirigió a decenas de miles de seguidores dos días después de ser liberado de prisión, despertando un rugido atronador de la multitud con el puño levantado al cielo y una única palabra: 'Amandla', término que significa 'poder' en zulú y xhosa.

Desde su muerte, Suráfrica se ha visto inundada por una emoción desbordante que no tenía parangón desde la liberación de Mandela tras 27 años en prisión y su victoria en las primeras elecciones multirraciales cuatro años más tarde. El domingo, los ciudadanos llenaron iglesias, mezquitas, sinagogas y centros comunitarios ofreciendo alabanzas y oraciones por un hombre considerado 'el padre de la nación' y un referente mundial de integridad, rectitud y reconciliación.

Además de Obama, tres expresidentes de Estados Unidos - Jimmy Carter, Bill Clinton y George W. Bush - también estarán en Johannesburgo. Los hoteles principales tratan de hacer frente a la avalancha de figuras públicas de alto nivel. Tras el acto del martes, los restos mortales de Mandela yacerán en una capilla ardiente durante tres días en el Union Buildings en Pretoria, donde juró el cargo como presidente en 1994. Luego será enterrado el 15 de diciembre en Qunu, su hogar ancestral en la provincia de Cabo del Este.

Pero sólo 'unos pocos' líderes mundiales asistirán al funeral de Qunu, dijo Monyela, agregando que la idea es que este acontecimiento fuera un asunto más familiar. En el mismo terreno están enterados tres de sus seis hijos: una niña que murió en 1948, un hijo, Thembi, muerto en un accidente de tráfico en 1969, y Makgatho, que murió de una enfermedad relacionada con el sida en 2005.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, no acudirá al funeral de Nelson Mandela debido al alto coste que supondrá garantizar su seguridad, que incluye el transporte de vehículos blindados, informa la prensa local.

Pese a que su oficina anunció inicialmente y de manera oficial que viajaría a Suráfrica en representación de Israel pero finalmente, Netanyahu ha optado por no hacerlo y argumentó que disponía de un corto espacio de tiempo para poder garantizar los arreglos en materia de seguridad necesarios para su participación.

De acuerdo al diario Yediot Aharonot, un cálculo inicial estima que el viaje de Netanyahu ascendería a 7 millones de shekels (1,46 millones de euros), que incluiría además del transporte aéreo del jefe del Ejecutivo israelí, el traslado de vehículos blindados en aviones Hércules, sin incluir gastos extraordinarios.

Los gastos del primer ministro israelí han estado en el punto de mira en los últimos meses, después de que se publicaran los elevados gastos y estipendios en el mantenimiento de su residencia en Cesarea, que paga el contribuyente israelí.

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