Este artículo se publicó hace 13 años.
Un abogado de educación exquisita
La sonrisa de Pisapia se ha impuesto a los insultos de sus rivales
Giuliano Pisapia (Milán, 1949) pertenece a una especie en extinción dentro de la política italiana: la que no necesita recurrir a los gritos ni a los insultos para hacerse respetar y conseguir resultados. Aunque quizá después de la lección que ha dado a todo el país convirtiéndose en alcalde de Milán, gracias a su educación exquisita y a su saber estar, llegue a crear escuela.
Este abogado de pelo canoso, voz tranquila y aire de profesor de universidad ha conseguido en mes y medio sacar de sus casillas a todo el centroderecha, con el primer ministro, Silvio Berlusconi, y la exalcaldesa de la capital lombarda, Letizia Moratti, a la cabeza.
Ambos trataron durante toda la campaña de frenar suinesperado ascenso con duros ataques. Lo acusaron de ser el candidato de la extrema izquierda y la persona que llenaría Milán de inmigrantes y de mezquitas por su pasado como diputado de Refundación Comunista.
Sólo les faltó proclamarle el demonio en persona, pero no habría servido de nada: "Hemos sido capaces de contestar a la difamación y a los insultos con una sonrisa", dijo ayer una vez finalizado el escrutinio.
Está casado con la periodista Cinzia Sasso, milita en Izquierda, Ecología y Libertad, y se convirtió en candidato tras ganar en noviembre las primarias a Stefano Boeri, del Partido Democrático.
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