Este artículo se publicó hace 13 años.
ACNUR alerta de una crisis humanitaria en el paso fronterizo entre Libia y Túnez
Según la agencia de la ONU, 140.000 personas han huido de Libia
La violencia desatada en Libia tras el inicio hace dos semanas de las revueltas populares contra el régimen de Gadafi está dejando decenas de miles de víctimas: los refugiados. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha alertado de la inminencia de una crisis humanitaria en la frontera entre Libia y Túnez.
Según datos de la ACNUR, unas 140.000 personas han huido de Libia buscando refugio en países como Túnez y Egipto. "Nuestro personal en la frontera libio-tunecina nos ha dicho esta mañana que la situación está alcanzando un punto de crisis", dijo la portavoz del organismo, Melissa Fleming.
Unas 14.000 personas llegaron ayer a la frontera con Túnez -la mayor cifra registrada hasta ahora en un solo día- y se espera que hoy lleguen entre 10.000 y 15.000 más. En los últimos diez días, entre 70.000 y 75.000 personas han cruzado de Libia hacia Túnez, y unas 69.000 personas del lado egipcio aunque, a diferencia de los primeros, estos últimos han podido ser transportados en autobuses a distintos pueblos y ciudades.
Sólo 3.000 esperan en los alrededores del paso de frontera egipcio-libio ser trasladados al lugar que indiquen. En cambio, "decenas de miles de personas" esperan en el paso fronterizo algún medio de transporte, mientras aumentan los problemas de falta de agua y alimentos, y la higiene también se degrada, señaló la portavoz. Por esa razón, ACNUR indicó que si se quiere evitar una crisis humaniaria en la frontera con Túnez se necesita transporte urgente.
Disparos al aireSegún relata Reuters, los guardias fronterizos han empezado a disparar al aire para tratar de controlar a la multitud que intenta escapar de la violencia en Libia. Los guardias dejaban que la gente, la mayoría extranjeros que estaban trabajando en Libia, pasaran por el cruce de Ras Jdir, pero la tal cantidad de gente ha desbordado las previsiones en la frontera.
Mientras los guardias dejaban abierta una puerta en pequeños intervalos, la gran mayoría permanecía hacinada contra un muro de cemento. La situación ha derivado en que varias personas optaran por lanzar su equipaje por encima del muro, que también han intentado escalar. Los agentes intervinieron y empezaron a golpear a los refugiados con porras después de disparar repetidamente al aire.
"Los inodoros son nuestro próximo gran dolor de cabeza", dice ACNUR
El equipo médico de la Media Luna Roja ha tenido que atender varios desmayos al tiempo que varios voluntarios lanzaban botellas de agua al otro lado del muro. La gran mayoría de los refugiados no tienen dinero para pagarse el billete para volver a sus casas. Llevan días durmiendo a la intemperie con frío y lluvia.
ACNUR levantó 500 carpas ayer e instalará hoy 1.000 adicionales, con lo que unas 12.000 personas podrán dormir a cubierto esta noche. "El agua y la higiene son un asunto principal, los inodoros son nuestro próximo gran dolor de cabeza", dijo Hovig Etyemezian, responsable de protección de ACNUR en el campamento.
Fleming subrayó que a su organismo le preocupa mucho que no se esté dejando entrar en Túnez a un gran número de personas de origen subsahariano -supuestamente por falta de documentos- y que está en "negociaciones" con personas que están vigilando voluntariamente la frontera para que se les deje atravesar.
Sin embargo, reconoció que se teme que la verdadera razón de bloquearles el paso sea "el racismo" y recalcó que "todas las fronteras deben permanecer abiertas sobre una base no discriminatora". Precisó que la muerte violenta de diez somalís en los últimos días muestra lo delicado de la situación para los africanos subsaharianos.
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