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Amnistía exige al rey de Arabia Saudí que pare los latigazos contra el bloguero Raif Badawi

La ONG denuncia la condena contra el activista saudí que está preso y ha sido castigado con 1000 flagelaciones por plantear a través de la red la necesidad de un Estado laico.
Participa en la campaña de Amnistía Internacional

Acto de Amnistía Internacional para reclamar la puesta en libertad de Raif Badawi. EFE

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MADRID. -La organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional ha puesto en marcha una campaña de denuncia por el caso del bloguero saudí Raif Badawi, preso en ese país y condenado a 10 año de cárcel y mil latigazos por plantear la necesidad de un Estado laico.

“Raif es uno de los muchos activistas perseguidos en Arabia Saudí por expresar sus opiniones a través de Internet. Las redes sociales son increíblemente populares en un país donde la gente no puede expresar sus opiniones abiertamente en público. Las autoridades han respondido a este aumento del debate online vigilando los sitios de redes sociales e incluso intentando prohibir algunas aplicaciones informáticas. Raif Badawi es un preso de conciencia”, denuncia Amnistía, que reclama: “Exige al rey de Arabia Saudí que detenga la pena de flagelación y ponga a Raif en libertad de forma inmediata”.

Raif Badawi, preso en la cárcel de Briman, en Yeda, está acusado por las autoridades saudíes de “insultar al islam” y de “dirigir críticas a la policía de la moral” del país, que se rige por una férrea aplicación de la sharía o ley islámica. El ‘delito’ cometido por Raif fue, precisamente, abrir una web de debate público y político en la que planteaba la conveniencia de la separación entre religión y Estado. Por este hecho, ha sido condenado a 10 años de prisión, a pagar una multa de 230.000 euros y a recibir 1.000 latigazos en un periodo de 20 semanas, en series de 50 flagelaciones cada semana.

El pasado 9 de enero, Raif ya recibió los primeros 50 latigazos en un castigo público frente a la mezquita al-Jafali en la ciudad de Yidda. Pero las autoridades de Arabia Saudí se han visto obligadas a posponer en dos ocasiones la segunda serie de latigazos debido a las graves heridas sufridas durante el primer castigo. Un comité médico desaconsejó la paliza al dictaminar que su cuerpo no estaba preparado para soportarlo. En cualquier caso, el Gobierno de Riad se ha limitado a posponer la flagelación y no a suspenderla.

“En lugar de prologar su sufrimiento con sucesivas valoraciones, las autoridades deberían anunciar públicamente el fin de su flagelación y ponerlo en libertad de inmediato y sin condiciones” señala el director adjunto del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Próximo y el Norte de África, Said Boumedauha.

La flagelación está prohibida bajo la legislación internacional, así como otras formas de castigos corporales.

Amnistía denuncia además que la represión contra defensores de derechos humanos se ha acentuado en Arabia Saudí desde hace un año tras la aprobación de la Ley sobre Delitos de Terrorismo y su Financiación. Una represión que se produce al mismo tiempo que el país trata de hacerse un hueco en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, aprovechando su fuerza como potencia petrolera y su alianza con EEUU.

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