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Angela Merkel defiende su reunión con el Dalai Lama

Guillem Sans Mora, corresponsal

“Como canciller federal, decido yo misma a quién recibo y dónde”. Con esta frase, la democristiana Angela Merkel reaccionaba ayer desde el diario Bild, en un tono inusualmente tajante, a las críticas a su política exterior hechas por su predecesor, Gerhard Schröder, y por el ministro de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier. Estos dos políticos socialdemócratas le habían acusado de empeorar innecesariamente las relaciones con Rusia, criticando la falta de democracia en ese país, y con China, recibiendo el pasado 23 de septiembre al Dalai Lama, el líder espiritual del Tíbet, la región que China ocupó en 1959 y acabó anexionándose.

En la entrevista, Merkel dijo estar dispuesta a seguir con una diplomacia basada en los principios y no en el dictado de sus intereses económicos, tanto respecto a Irán como a China.
Ya han pasado dos meses desde la recepción del líder tibetano en Berlín, pero Pekín sigue mosqueado. El Gobierno chino canceló una invitación al ministro alemán de Hacienda, Peer Steinbrück, y según el semanario Der Spiegel, Pekín también ha suspendido el llamado “diálogo estratégico” entre los ministerios de Exteriores de ambos países sobre temas económicos o de derechos humanos.

El ex canciller Schröder, el mejor amigo del presidente ruso Vladimir Putin en la arena internacional, criticó indirectamente a Merkel al insinuar que la canciller se lleva mal con Rusia porque creció en la República Democrática Alemana (RDA). Eso equivale a tacharla de “Ossi”, apelativo ligeramente despectivo para los habitantes de la antigua Alemania comunista que se refiere a las diferencias de socialización. Al contrario de Schröder, Merkel tiende a criticar la falta de talante democrático de Putin.
 
Indirectas

Está siendo una semana de indirectas entre los dos socios de la gran coalición alemana, el CDU de Merkel y el socialdemócrata SPD, al que peternecen Schröder y Steinmeier. Este último, hoy ministro pero que fue principal asesor de Schröder cuando éste era canciller, lamentó el fin de semana en París la suspensión del “diálogo estratégico”. Merkel le respondió ayer sin nombrarle al defender su recepción del Dalai Lama: “Deseo que en el Gobierno todos defendamos sin fisuras esta actitud, de lo contrario el respeto de China hacia nosotros no será mayor”.

Varios comentaristas han relacionado las críticas contra Merkel con el nerviosismo en el partido socialdemócrata ante la pésima valoración que tiene en los sondeos. En el último, difundido ayer, los socialdemócratas caen hasta el 24%, el valor más bajo de todo este año. El partido de Merkel ronda el 40% en intención de voto.

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