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Arabia Saudí e Irán persiguen una hegemonía que no podrán conseguir

La crisis entre Arabia Saudí e Irán agrava aún más el teatro de operaciones de Oriente Próximo, donde ya están metidos todos los países de la región y todas las potencias mundiales con excepción de China. Con este fondo de tempestad, ni Irán ni Arabia Saudí están en condiciones de llegar muy lejos en sus aspiraciones hegemónicas

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Seguidores de Nimr al-Nimr protestan en Basora (Irak) contra la ejecución del clérigo. REUTERS/Essam Al-Sudani

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JERUSALÉN.- La crisis que estalló el sábado con la ejecución del jeque Nimr al Nimr y ha continuado con la ruptura de relaciones agrava el conflicto regional entre Arabia Saudí e Irán, aunque ninguno de los dos países podrá obtener la supremacía regional que persigue por la sencilla razón de que carecen de la fuerza suficiente para desplazar la hegemonía casi total de Estados Unidos e Israel.

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Todo indica que la ruptura de relaciones con Teherán anunciada el domingo se ha producido sin consultar con Washington, y este es otro indicio de la libertad que Salman se toma para adoptar sus decisiones, máxime después del acuerdo que los americanos han firmado con Irán y que saca a este país de su aislamiento internacional, una decisión que Salman ni aprueba ni tolera.

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