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Atenas responde a la "presión política" del BCE y garantiza la liquidez de su banca

El Gobierno de Tsipras asegura que los bancos griegos tienen luz verde para utilizar 60.000 millones adicionales en fondos de emergencia si fuera necesario. La Bolsa del país cae un 3,37%

El primer ministro griego, Alexis Tsipras. - REUTERS

PÚBLICO / EFE

ATENAS / BERLÍN.- El Gobierno griego ha asegurado este jueves que la liquidez bancaria está garantizada pese a la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de dejar de aceptar los bonos griegos como garantía en sus operaciones de refinanciación. Igualmente, fuentes del Banco de Grecia hicieron también hincapié en que no hay ningún problema de liquidez.

Un responsable del Ejecutivo de Tsipras ha informado de que el Banco Central de Grecia ha recibido luz verde para proveer a las entidades nacionales con liquidez de emergencia por importe de cerca de 60.000 millones de euros, "y podría ser incluso superior".

El portavoz del Gobierno, Gavriil Sakelaridis, recalcó que "no hay motivo de preocupación" y que la decisión del BCE es una "presión política" dentro del proceso de negociación de Grecia con sus socios. "No chantajeamos pero tampoco dejamos que nos chantajeen", dijo Sakelaridis en declaraciones a la televisión privada Mega.

En tanto, el ministerio de Finanzas incidió en que el anuncio del organismo europeo no es producto de una "evolución negativa en el sector financiero" y se produce "después de dos días de estabilización sustancial". El ministerio subrayó que el sistema bancario se mantendrá adecuadamente capitalizado y completamente protegido a través del programa urgente de asistencia a la liquidez (ELA).

"No chantajeamos pero tampoco dejamos que nos chantajeen", recalca el portavoz del Gobierno griego

"Esta decisión pone presión sobre el Eurogrupo para proceder rápidamente a la conclusión de un nuevo acuerdo que sea en beneficio mutuo para Grecia y sus socios", señaló el ministerio en un comunicado. Añadió que el Gobierno "amplía a diario" el círculo de socios e instituciones con los que mantiene consultas y "permanece firme en su meta de aplicar el programa de salvación social, aprobado por el voto del pueblo griego".

La renuncia de requerimientos mínimos que estaba en vigor hasta este miércoles permitía a los bancos utilizar bonos griegos en las operaciones de política monetaria del BCE. Sin embargo, el organismo ha dejado de aceptar los bonos griegos como garantía en sus operaciones de refinanciación. Los instrumentos afectados dejarán de ser aceptados como avales el 11 de febrero, cuando vence la actual subasta semanal del BCE. Ese mismo día, los países de la zona del euro prevén celebrar una reunión extraordinaria sobre Grecia.

A raiz del anuncio del BCE, la Bolsa de Atenas ha sufrido nuevos descensos, lastrado por los bancos. Al cierre de la sesión, ha perdido un 3,37%.

En el mercado secundario de deuda, la prima de riesgo de Grecia ha conseguido frenar las fuertes subidas de las primeras horas, que le han llevado a marcar un máximo intradiario del 1.072 puntos básicos, y a cierre de los mercados se situaba en los 956,8 puntos básicos (por debajo de los 984,5 enteros de la apertura). A lo largo de la sesión, la rentabilidad de los bonos griegos a diez años han llegado a cotizar al 11,088%, para cerrar finalmente en el 9,952%.

Reunión de Varoufakis en Berlín 

Este jueves, Yanis Varoufakis, ministro de Finanzas griego, se reúne en Berlín con su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble, en busca de "comprensión" hacia el curso tomado por el gobierno de Alexis Tsipras. "Especialmente los alemanes pueden comprender que a una nación orgullosa no se la puede humillar tanto tiempo sin dejarle ver la luz al final del túnel", dijo Varufakis en declaraciones a la televisión alemana ARD.

Varoufakis: "Los alemanes pueden comprender que
a una nación orgullosa
no se la puede humillar
tanto tiempo sin dejarle
ver la luz al final del túnel" 

El encuentro de Varufakis con Schäuble se produce un día después de la reunión del griego con el presidente del BCE, Mario Draghi, tras la cual se había mostrado optimista. Del lado alemán, hasta ahora no ha habido síntomas de que el gobierno de Angela Merkel piense flexibilizar su posición y, de hecho, se ha cerrado en banda a los planes de Grecia para llegar a un acuerdo sobre una reestructuración de la deuda del país heleno.

Según el portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, la posición de Berlín sigue siendo la misma guiada por el principio de que las ayudas deben estar sometidas a condiciones. Además, la posibilidad de nuevas ayudas depende, para Berlín, de que el programa en curso se lleve a término o de que los griegos soliciten una prórroga del mismo.

En el Ministerio de Finanzas se ha aclarado que jurídicamente no se puede aprobar un nuevo programa mientras no se haya llevado a término y evaluado el programa en curso.  El único punto en el que parece haber apoyo de Berlín para el gobierno de Tsipras es en la intención de combatir la evasión fiscal y de crear nuevos impuestos para los millonarios del país para que estos contribuyan a la lucha contra la crisis.

Ambiente hostil en Alemania

El ambiente que existe en Alemania hacia posibles concesiones a Grecia es bastante hostil como lo reflejan las encuestas de opinión y los comentarios de los principales medios de comunicación del país. Así, por ejemplo, un sondeo del instituto demoscópico FORSA mostró que el 66% de los alemanes está en contra de que la Unión Europea (UE) acepte un compromiso con el nuevo Gobierno griego y exige el cumplimiento de los planes de ajuste.

El 66% de los alemanes está en contra de que la Unión Europea acepte un compromiso con el nuevo Gobierno griego

El rechazo a una relajación de las condiciones a Grecia es especialmente claro entre los votantes de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de la canciller Merkel, donde un 80% está en contra de eventuales compromisos y reclama un cumplimiento estricto de los planes de ahorro. Dentro de los votantes del Partido Socialdemócrata (SPD), socio de la coalición de Gobierno, el 71% rechaza eventuales concesiones.

Incluso hay un sector de opinión que piensa que Alemania ha sido excesivamente generosa con sus aportes al rescate griego, lo que ha sido capitalizado por un nueva agrupación política, Alternativa por Alemania (AfD), que ha logrado escaños en la eurocámara y en varios parlamentos regionales. El discurso de AfD apunta a una escisión de la eurozona y considera que el primer país en salir debe ser Grecia, a cambio de una quita de la deuda.

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