Este artículo se publicó hace 4 años.
Atentado en AfganistánMSF cesa su actividad en la maternidad de Kabul tras el atentado que dejó 25 víctimas mortales
La ONG llevaba trabajando seis años en el hospital atacado donde solo en el último año atendieron 16.000 partos. MSF ha asegurado que el cese de la actividad dejará sin una atención médica esencial a miles de mujeres y sus bebés.
Médicos Sin Fronteras (MSF) anunció este lunes el cese de su actividad en la maternidad de Kabul en la que el pasado 12 de mayo un ataque yihadista dejó 25 muertos, entre ellos 16 madres, al entender que no pueden garantizar la seguridad de su personal y pacientes.
"Creemos que no podemos protegernos a nosotros mismos, a nuestro personal y a nuestros pacientes, por eso decidimos dejar de estar permanentemente presentes en (el hospital de) Dasht-e-Barchi, y dejamos de dirigir su maternidad", informó a Efe el coordinador de proyectos de MSF del centro médico, Clement Perrin.
"Sabíamos que había riesgo de trabajar en Dasht-e-Barchi, pero nunca nos imaginamos tanta brutalidad en un ataque dirigido contra las mujeres y sus bebés, contra los trabajadores sanitarios", dijo en referencia al ataque del pasado 12 de mayo. La ONG ha explicado que ha adoptado esta decisión tras constatar que las madres, los bebés y el personal sanitario fueron el objetivo deliberado del ataque y que, a la espera de tener información precisa sobre los autores o el motivo del ataque, considera posible que se registren otros ataques similares.
"Hoy tenemos que aceptar la realidad: ni los muros más altos ni las puertas de seguridad más gruesas lograrán evitar que vuelvan a producirse ataques tan horribles como este. Permanecer en Dashte Barchi significaría aceptar la pérdida de tandas vidas humanas como un elemento más de nuestra actividad. Y esto es inconcebible para nosotros", ha subrayado.
Ese día, hombres armados entraron a tiros en la maternidad y, además de a esas 16 madres, cinco de las cuales se encontraban de parto, mataron también a dos niños de 7 y 8 años, una matrona de MSF y a otras seis personas que se encontraban en el lugar, según la ONG.
El ataque al hospital coincidió con otro atentado suicida durante la celebración del funeral de un policía en la provincia oriental de Nangarhar, y en total las dos acciones dejaron casi 60 víctimas mortales y cerca de 150 heridos en esa sangrienta jornada. Aunque el grupo yihadista Estado Islámico (EI) sólo reivindicó este último ataque, Estados Unidos, por medio de su enviado especial para la reconciliación afgana, Zalmay Khalilzad, atribuyó ambos atentados al EI.
MSF intentará apoyar a los diferentes hospitales, centros de salud y a la red de pateras de la zona de Dasht-e-Barchi
La zona donde se ubica el hospital en Kabul está habitada en su mayoría por miembros de la minoría chií hazara, objetivo frecuente en los últimos años de ataques del grupo yihadista. A esa comunidad se dirigió también Perrin y aseguró que su organización evaluará la posibilidad de apoyarla de otra manera. "En las próximas semanas y meses, evaluaremos la posibilidad de apoyar a las comunidades de Dasht-e-Barchi, y especialmente a los diferentes hospitales y centros de salud y a la red de parteras, sin poner en peligro la vida de nuestros trabajadores y pacientes", dijo.
"Por supuesto, estamos muy preocupados por el hecho de que en Barchi nuestra retirada dejará a un gran número de mujeres sin la calidad de la atención que nuestro equipo estaba brindando en el hospital", agregó Perrin. El coordinador de proyectos de MSF subrayó que su organización llevaba trabajando seis años en el hospital atacado, donde dirigía una de sus mayores maternidades en el país, en la que sólo en el último año atendieron 16.000 partos.
MSF ha recordado que en Afganistán mueren 638 madres por cada 100.000 nacidos vivos
"Al forzar su cierre, los agresores han conseguido también dejar sin una atención médica esencial a miles de mujeres y sus bebés en un lugar donde la mortalidad materna y neonatal sigue siendo de las más altas del mundo", ha indicado MSF, antes de recordar que en Afganistán mueren 638 madres por cada 100.000 nacidos vivos, mientras que en España la cifra baja a cuatro madres de cada 100.000 recién nacidos.
Así mismo, en un comunicado, Médicos Sin Fronteras añadió que tratarán de mantener, entre otras medidas, la ayuda psicológica a su personal, así como asistencia a los familiares de las madres fallecidas en el ataque.
La organización recordó que en los últimos 17 años, más de 70 personas, entre empleados y pacientes, han muerto en diversos ataques en Afganistán, entre ellos las 42 personas que murieron en octubre de 2015, cuando las fuerzas estadounidenses bombardearon un hospital de MSF en Kunduz, en el norte del país.
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