Este artículo se publicó hace 17 años.
Bangladesh implora ayuda tras el ciclón 'Sidr', que ya deja casi 1.800 muertos
La prioridad es que los supervivientes reciban ayuda inmediata y España ya ha mandado 750.000 euros para alimentos y agua potable.
El ciclón "Sidr", que golpeó este jueves por la noche las costas de Bangladesh, ha causado la muerte de 1.795 personas, según el último balance oficial mientras que la agencia bengalí UNB asegura que el balance final podría superar las 3.000 víctimas. Las labores de rescate tanto de los fallecidos como de los afectados por el ciclón están siendo muy complicadas. España mandará de inmediato a la zona 750.000 euros para alimentos y agua potable.
El ciclón, que según fuentes de observatorios meteorológicos, ha sido el peor en un siglo, afectó sobre todo a la costa sur de Bangladesh, donde 3,2 millones de personas fueron evacuadas en previsión de vientos de 240 kilómetros por hora. Los centros de control oficiales han ido actualizando a lo largo del día los balances en medio de un aluvión de confusión y la continua búsqueda de nuevos cadáveres.
Complicado rescate y confusión de cifras
El centro de control de Bagerhat, uno de los distritos más afectados, informó de la muerte de 610 personas, aunque el comisario del distrito aseguró que la cifra final aumentará porque todavía las autoridades siguen recibiendo noticias de áreas remotas y de islas cercanas a la costa.
En otro distrito Patuakhali, la cifra oficial, de 261 muertos, contrasta con el cómputo realizado por la Cruz Roja, que habla ya de 509 muertos en un área que quedó inundada por la crecida de cinco metros que experimentó el mar debido al huracán.
Según informó la agencia bengalí UNB, un equipo de la marina visitó dos de las cinco islas de sedimento del delta del Ganges, y el testimonio ha sido desalentador: los supervivientes aseguraron que varios cientos de habitantes de las tres islas vecinas fueron arrastrados junto a sus casas.
La mayoría de las casas de la costa, construidas con hojalata y bambú, apenas ofrecieron resistencia al ímpetu del huracán, que destrozó el tendido eléctrico, los hilos telefónicos y árboles, viviendas y miles de hectáreas de cultivo. Mientras prosiguen las tareas de búsqueda de cadáveres, Bangladesh aguarda ahora la llegada de las remesas de ayuda internacional. "El número de muertos seguirá aumentando. Ahora lo más importante es hacer llegar ayuda a los supervivientes. Ayuda de donde sea, nacional e internacional. Hace falta comida", ha dicho una portavoz del Centro de Control del Ministerio bengalí de Gestión de Desastres.
España comienza a enviar las primeras ayudas
Por ello, España ya se ha puesto manos a la obra y la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) va a aportar inmediatamente 750.000 euros para alimentos y agua potable. Después de una reunión de coordinación con Defensa, ONG y comunidades autónomas, el secretario general de la AECI, Juan Pablo de Laiglesia, ha informado hoy a la prensa de una "primera aportación" de medio millón de euros para proveer de 1.600 toneladas de comida a 830.000 personas durante 15 días.
La contribución, a través del Programa Mundial de Alimentos, está siendo efectiva ya con la distribución de galletas energéticas y arroz. Además, la AECI empleará 250.000 euros en proporcionar agua potable a unas 60.000 personas durante un tiempo "suficiente y sostenido" a través de un convenio con Cruz Roja Española, en un programa ya previsto por la federación internacional de sociedades de esta organización humanitaria.
Aparte, Cáritas Española ha puesto 200.000 euros a disposición de esta organización en Bangladesh de sus fondos especiales de emergencia y ha abierto cuentas específicas en BBVA, Caja Madrid, Santander y La Caixa. España estudiará el envío de ayuda adicional cuando las autoridades del país asiático establezcan el resto de necesidades.
En este momento la atención más urgente es de alimentación, agua potable, material de cobijo y medicinas, según ha comunicado esta mañana a la AECI al embajador de Bangladesh en España. De Laiglesia ha explicado que el embajador bengalí calcula que los muertos pueden llegar a entre 2.000 y 3.000, ya que aparecen cadáveres a medida que bajan las aguas, mientras que Cáritas informa en un comunicado de que los fallecidos son ya 2.500.
A pesar del drama humano, los mecanismos preventivos han permitido refugiar en abrigos seguros a cuatro millones de personas y no se han producido los centenares de miles de muertos que han originado las inundaciones en otras ocasiones. Este fenómeno atmosférico, el peor de los últimos 50 años, se ha producido en la época de cosechas y ha sido devastador para las infraestructuras y la agricultura, ha proseguido De Laiglesia.
El 90 por ciento de la superficie agrícola de veinte estados del sur del país ha quedado destruido, con graves consecuencias alimentarias. El nivel del agua aumentó cinco metros pero ahora está en torno a los 30 ó 40 centímetros de crecida. En la zona se han desplegado ya 45.000 voluntarios, y el Ejército y protección civil trabajan en el rescate de personas y las reconstrucciones más urgentes, lo que facilita que los equipos de ONG y del Gobierno puedan agilizar la evaluación de daños.
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