"El dios cristiano es el único dios viviente, el creador del paraíso y del universo. Amo a Jesús. Jesucristo es dios. Jesucristo es el hijo de dios. Barack Obama es el anticristo". Un fanático religioso interrumpió anoche con estas consignas al presidente de EEUU, Barack Obama, durante un mitin en Los Angeles para recaudar fondos para la campaña electoral de los demócratas.

El hombre fue reducido por el equipo de seguridad del presidente, interrogado y posteriormente puesto en libertad. Sus seguidores repondieron al grito de "¡cuatro años más!", reclamando al presidente que se presente a la reelección en 2012.

Obama se tomó con buen humor lo que estaba escuchando, respondió que estaba de acuerdo con él: "Tengo que decir que yo también creo que Jesucristo sea el señor", y luego se preocupó por si la chaqueta que estaba en el suelo en el sitio donde estaba el exaltado era suya para que se la devolvieran (aunque acabó siendo de una mujer que estaba a su lado).

El presidente seguramente ya está acostumbrado a este tipo de manifestaciones por parte de los sectores más conservadores de la sociedad estadounidense, que han desarrollado todo tipo de teorías oscuras en torno a la figura de Obama.

Teorías conspiranoicas, al fin y al cabo, que van desde ser el anticristo y tener el 666 en su mano izquierda, hasta ser musulmán, de no haber nacido en EEUU y hasta de ser el cabecilla de una organización para subvertir el orden mundial.