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Berlusconi fracasa en su intento de frenar el ‘caso Ruby’

El Tribunal de Milán seguirá juzgándolo por incitación a la prostitución
y abuso de poder

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El juicio en el que está imputado el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, por abuso de poder e incitación a la prostitución de menores, el caso Ruby, seguirá celebrándose en Milán y no en Roma, como pretendía Il Cavaliere. El Tribunal de Milán ha rechazado todas las alegaciones presentadas por los abogados de Berlusconi, por lo que el proceso sigue su curso. El próximo 3 de octubre está prevista la primera audiencia.

La defensa del primer ministro solicitó el traslado del caso al Tribunal de Ministros, con sede en Roma. Los letrados alegaron que Berlusconi actuó por 'motivos institucionales' cuando, en mayo de 2010, llamó a una comisaría de Milán para que liberaran a la entonces menor marroquí Karima el Mahroug, Ruby -detenida por un pequeño robo-, porque creía que era sobrina del depuesto presidente egipcio Hosni Mubarak.

Los abogados también fracasaron en su intento de que el juicio se celebrase en Monza, donde se encuentra Arcore. Berlusconi tiene allí la residencia en la que supuestamente cometió el delito de  incitación a la prostitución. En caso de haber sido aceptado el traslado a Roma, Berlusconi hubiese ganado tiempo, ya que todo el proceso se hubiese vuelto a iniciar. Además, su enjuiciamiento en el Tribunal de Ministros hubiese tenido que ser  autorizado por el Parlamento, donde su grupo es mayoritario.

Sin embargo, el Tribunal Constitucional será quien tenga la última palabra, después de haber admitido hace días un recurso presentado por la Cámara de Diputados en el que se planteaba un conflicto de competencias contra el Tribunal de Milán. El proceso seguirá su curso en esta ciudad, hasta la decisión del Alto Tribunal, que se espera para finales de año.

Berlusconi tampoco acudió a la audiencia por el caso Mills, en el que está acusado de pagar 600.000 dólares (unos 426.000 euros) a su exabogado, el británico David Mills, a cambio de que falseara su testimonio en dos juicios a finales de los noventa, de los que salió absuelto. Berlusconi se excusó de acudir al juicio alegando una reunión con el presidente de la República, Giorgio Napolitano.

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