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Berlusconi no logra frenar la revuelta de la basura

Los vecinos de Terzigno bloquean el vertedero de Nápoles

DANIEL DEL PINO

'Bienvenido al campamento base de Terzigno. A esto lo llamamos el refugio y a partir de aquí es imposible pasar en coche. Hoy va a ser la guerra. Como en Bagdad', explica orgulloso Salvatore la noche del sábado. Este chico de 28 años y gerente de una franquicia de una marca de ropa de diseño es vecino del pueblo que se ha convertido en la irreductible aldea que trae de cabeza a Silvio Berlusconi, primer ministro italiano.

El enclave es propio de una ciudad en estado de sitio. Una barrera de troncos de árbol en el suelo hace de primer parapeto. Después, una segunda línea de neumáticos. Para terminar, una tercera de montones de piedras. 'Estas por si carga la policía'. No hacía falta explicación.

El 'refugio' hace de cruce con otras dos calles, en las que se ha montado el mismo dispositivo. Al final de la carretera y protegida del mismo modo, está la Rotonda Panorámica, devoradora de minutos en los telediarios italianos por los enfrentamientos con la policía. Y entre medias, a la derecha, la entrada al sitio de la discordia: el vertedero S.A.R.I.

En los últimos días ha habido graves enfrentamientos con la policía

Los habitantes de esta localidad a 30 kilómetros de Nápoles, en la región de Campania, llevan varias semanas bloqueando todos los accesos al basurero junto con los vecinos de otros tres pueblos. Por las mañanas 'las madres, abuelas y niños se manifiestan. Por la noche somos los jóvenes los que nos colocamos en la rotonda', cuenta Salvatore. Debido al bloqueo, la basura se va amontonando en Nápoles.

La organización es perfecta. Tanto como la razón del motín. El S.A.R.I. fue una invención de Berlusconi y su subsecretario y mago de las crisis medioambientales, Guido Bertolaso. En verano de 2008, cuando Nápoles buceaba en la basura, Berlusconi promulgó un decreto ley que dio pie a la construcción de este basurero en pleno Parque Natural del Vesubio.

Dos años después está casi lleno porque absorbe la mayoría de los desperdicios que produce el centro de Nápoles. La situación no sería tan mala si en la capital de Campania se separaran los restos antes de cargar los '120 camiones que pasan todos los días por Terzigno', relata el concejal Francesco Nappo. Esa basura no se puede tratar y se amontona en el S.A.R.I., devolviendo al pueblo olores, y una posible multa por haber afectado a los acuíferos del parque.

la guerra. Como en Bagdad', dice Salvatore

Entonces, Berlusconi decidió construir un segundo vertedero, Vitello, llamado a ser el más grande de Europa. El terreno, justo detrás del S.A.R.I., está listo tal y como pudo comprobar Público. En plena falda del volcán, dentro del parque protegido, el Gobierno ha cavado una fosa de unos 25 metros de profundidad y de una extensión equivalente a cuatro estadios de fútbol. 'Acabarán por llenar el volcán', se lamenta Salvatore.

Bertolaso lleva desde el viernes reuniéndose con los alcaldes para encontrar una solución. El sábado les presentó una lista con seis puntos, incluyendo la paralización de Vitello. Nadie firmó porque nadie le cree. 'Es un paso adelante, al menos quiere decir que se lo están pensando', explica el vicealcalde, Francesco Ranieri.

'Pero no es tan fácil, están tratando de ganar tiempo', matiza el concejal Nappo. 'Al ser un decreto ley, se tendría que llevar al Parlamento y someterlo a votación', dice. Berlusconi había prometido solucionar el problema 'en diez días'. Pero hoy tampoco hubo acuerdo.  El alcalde de Terzigno, Domenico Auricchio, del partido de Berlusconi, promete 'dimitir' y 'marchar sobre Roma, para esposarme en la sede del Gobierno', si Vitello sigue adelante.

 

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