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Berlusconi puede pasar de víctima a sospechoso

La Fiscalía de Nápoles investiga si el primer ministro fue chantajeado por Tarantini o si sobornó al empresario para que mintiera a la Justicia

DANIEL DEL PINO

¿Silvio Berlusconi pagó 800.000 euros al empresario Gianpaolo Tarantini porque le estaba extorsionando o para que ocultara información sobre sus fiestas con prostitutas? Esta es la pregunta que ha empezado a hacerse la Fiscalía de Nápoles, que el 1 de septiembre ordenó la detención de Tarantini, de su mujer y del director del diario L'Avanti, Valter Lavitola, por presunto chantaje al primer ministro que, en un giro repentino, podría terminar con Il Cavaliere pasando de víctima a sospechoso de haber inducido al empresario a mentir ante la Justicia.

La jueza Amalia Primavera rechazó el miércoles conceder la excarcelación o el arresto domiciliario a Tarantini, comunicando que esa decisión la tendría que tomar la Fiscalía de Roma.

En la práctica, Primavera le acababa de quitar la competencia del caso a los fiscales de Nápoles y estaba ordenando el traslado de las actas a la capital italiana ya que, como se desprende de la investigación, el empresario recibió el dinero de Berlusconi a través de varios intermediarios, que lo retiraron directamente en Palazzo Grazioli, la casa del primer ministro en Roma. Con lo cual, según la jueza, el delito se habría cometido allí.

Un amigo de 'Il Cavaliere' ganó ocho millones gracias a contratos militares

Pero el viernes Nápoles impugnó la decisión con una compleja argumentación en la que se sugiere que Berlusconi violó el artículo 377 bis del Código Penal al inducir a Tarantini a mentir en sus interrogatorios a cambio de dinero, delito castigado con penas de dos a seis años de cárcel.

El empresario, además de haber chantajeado al primer ministro, está acusado de proxenetismo en el caso Escort, que ha revelado cómo Tarantini organizó una red de prostitución en torno a Il Cavaliere para obtener adjudicaciones y contratos públicos. Y, entrelazando los dos casos, los fiscales napolitanos Vincenzo Piscitelli, Henry John Woodcock y Francesco Greco, pretenden demostrar el supuesto delito de Berlusconi, que habría pagado para evitar el enésimo escándalo sexual.

Tanto el empresario como Il Cavaliere, que se negó repetidamente a declarar, han insistido en que no hubo chantajes y que el dinero era sólo una 'ayuda'. Pero los tres fiscales creen que Tarantini miente y que la línea defensiva del primer ministro es tan débil como la de 'una persona que ha recibido un navajazo y lo niega diciendo que se lo hizo mientras cortaba pan'.

Bertolaso, exjefe de Protección Civil, es imputado por corrupción

Para demostrarlo han usado como prueba las actas de la investigación de Bari, cuyos pinchazos telefónicos muestran que Berlusconi sabía que las mujeres que le enviaba Tarantini eran prostitutas. Y recuerdan los mecanismos de pago de Il Cavaliere al empresario: 20.000 euros al mes y 500.000 en una cuenta en el extranjero.

Entretanto, surgen nuevos interrogantes. Il Fatto Quotidiano publicó ayer un vídeo en el que se ve a Lavitola bajando del avión presidencial durante una visita oficial de Berlusconi a Panamá el 29 de junio de 2010. El diario afirma que gracias a los contratos militares firmados entonces, Lavitola (huido de la Justicia en ese país) se llevó una comisión de ocho millones de Finmeccanica, empresa pública a la que también tuvo acceso Tarantini gracias a Berlusconi.

Por si todo esto fuera poco, el que fue su protegido y jefe de Protección Civil, Guido Bertolaso, fue imputado ayer por corrupción.

 

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